28 marzo 2011
Haré lo que tenga que hacer primero, eso seguro, pero luego me voy a acercar a verla, me voy a ver si la conquisto y la ligo, me refiero al iPad2, esa máquina que me lleva turbando el sueño virginal y virtual desde hace ya, casi, dos meses. “¿No me digas que te la vas a comprar, cariño?” – Pues no sé, amor, solo voy a tocarla, sobarla un poco y ver si se deja hacer todo lo que necesito, y eso es lo que hecho.
Cuando he cumplido con todas mis obligaciones matutinas diarias, es decir: Fisioterapia, cafetulias, prensa papel y digital, y varias coas de tipo aburrido, como ver a un amigo que quiere que le diga si las clases que dimos en Barcelona les faltó algo porque le piden que haga un resumen que yo no haré ni aunque venga el mismo Cristo de san Nicolás a pedírmelo, pues eso, luego me he dicho: “Enrique, vete a por ella”. Así que a las diez y cuarto ya estaba en MediaMarkt- Vistahermosa y la primera sorpresa es ver allí, en el precioso chiringuito que tiene delante, a casi todos su empleados, los de MediaMarkt, tomando su bocadillo, su cerveza y su carajillo, con un par, es decir, entran a las diez y a y cuarto ya están almorzando. Coño, ¿dónde estarán aquellos tiempos en que se nos permitía decirle al personal que a la obra se viene almorzado, leche?” – Pero bueno, he pensado, Enrique, no seas cacique y estate callado, toma tu café y “padentro”, y así lo he hecho.
Ya estoy dentro de MediaMarkt, voy dando vueltas pero no concreto, hago como siempre, flirteo, solo me dejo ver pero no la miro, mientras me voy acercando, poco a poco, como si de un acto sexual a lo 1900 se tratara, me acerco un poco más y hago cara de “ah, aquí estás, ¿como te llamas?”, ah ¿tú eres la iPad2 famosa? – La miro, la voy adornando, me acerco, mas y mas, hasta que me atrevo a cogerla, primero una y luego con las dos manos, es suave, resbaladiza, pequeña, acogedora y te hace sentir bien. La llevo al éxtasis, la conecto, y ahí, a una velocidad de vértigo, me deja ver todo su contenido, una delicia de máquina, tal y como la describen, lo demás solo son imitaciones. Descubro que me he enamorado y doy el siguiente paso: “Oiga, ¿usted me puede informar?” – “Mire yo no tengo NPI, (sic), el que informa llega las once, pero me han dicho que de llevársela hoy, nada de nada, hay lista de espera y el que apunta está por allá” – Ya me voy como un poseso a por el chico de camisa roja que está por “allá” y tras una larga e incomprensible búsqueda, doy con él; “Vengo a apuntarme a lo del iPad2” – “Pues de eso nada, no lo puedo ni apuntar, APPLE no nos da garantías de suministro” – ¿Como? – No me lo puedo creer –"Pues créaselo”
Me voy de MediaMarkt, mas cabreado que una mona pero, eso sí, al salir por la puerta de no no compradores me miro al guardia con toda la cara de desprecio que yo pueda mostrar y me salgo a por mi querido X1 para que me lleve a otro escenario.
Lo de El Corte Inglés de Soto, no os lo voy a explicar pues ni siquiera he conseguido que me atendieran. Todavía mas encendido que cuando he salido de MediaMarkt, me voy a FNAC y allí encuentro a mi Ángel de La Guarda Virtual, un empleado de los de camisa verde que me dice que el iPad2 puede llegar en días, solo es cuestión de que le deje el 10% del valor y a esperar, uno, dos o quince días, pero da igual, me han tratado como a un putero que le han prometido ver a su chica de siempre aunque ahora esté ocupada, una gozada, qué trato, qué sensibilidad comercial, total: Me ha encantado el de la verde y si antes de decirle un si que no pareciera apresurado o adolescéntico, yo voy, con un par, y le pregunto; ¿Algo similar, en Android, al iPad, que se deje comprar con mayor facilidad? – “Pues NO, todo son puras imitaciones de segundo orden, pasa lo mismo que con el iPhone, nada como APPLE para estas máquinas” – Suelto mi 10% y me voy mas contento que un cura en domingo y mas prieto que un tornillo de un submarino, y es que lo he conseguido, aunque no es seguro, es fácil que me lo pueda hacer muy pronto con mi chica, con mi máquina, quiero decir, no es seguro pero parece probable y, además, he pasado como el que no está agobiado por poseerla, todo un macho cabrío virtual, qué bien lo he hecho, ¡qué feliz soy!
Luego, en pleno Maisonnave, me encuentro a una ex vecina de Calle Arpón que se ha quedado como la Jolie, de buena, a Pepe el de Mundicasa y a otros seis más y a ninguno se lo he contado salvo a uno, a mi amigo el Bancario de La Rambla de toda la vida, ya jubilado y se ha puesto a mirarme como el que ve a un loco y me ha dicho: “¿Enrique, estás bien?”. Mas adelante otro amigo, ex compañero de ACCIONA de los del 2000, me dice, una vez le he explicado el asunto; “¿Crisis, qué crisis, Enrique, la gente que se puede comprar un iPad2 no está nunca en crisis, amigo?” y yo, ante una afirmación así, me he quedado mas a gusto que un marrano en un xarco, miarma, hasta le he dado un beso y mira que Maribel está empezando decirme, con cierta preocupación, de que esa manía que me da saliendo ahora por darle besos a los tíos en las mejillas, pues que no queda bien, pero lo he hecho, aunque no se lo contaré, por si acaso.
Luego, cuando he llegado a mi despacho privado, le he intentado explicar, pausadamente, a Maribel todo lo ocurrido y me ha dicho, tras un largo silencio y un “noneseo” de cabeza: “Enrique, cada vez estás peor, cariño, pero dime; ¿la has comprado o no?” – Lo peor de todo y ese es el caso, es que no he sabido que responderle.
Pero para mis adentros y para las crónicas virtuales, debe quedar impreso eso tan magnificente de: ¿Crisis, qué crisis? – Esa es la cuestión, ¿Verdad?
Apoyada sobre un chey viejo al sol de Texas todo lo que necesito es una coca-cola, ni mi nombre ni mi sombra es algo importante, el aire sobre mi pañuelo rojo marca la diferencia del paisaje, donde siempre habrá tiempo para hacer saber que yo no tengo las riendas de mis pasos, son los pies quien deciden tan solo sigo sus movimientos en mi vida.
Al llegar ante este paisaje me puse en libertad, ya no se los días que vienen ni los que se llegan a ir, pero el contacto de mi piel con la arena si me responde de donde pertenezco, así que mientras pise tierra no me iré y seguiré caminando descalza con los ojos vendados.Cuando miro alrededor no se ven carreteras tan solo un sendero detrás de mí, lo que me convence de que nada está escrito y que yo no elijo, tan solo mis pies al andar hacen mis decisiones, tan solo me dejo guiar.Me despido como cita uno de mis libros favoritos: la humildad más sincera para un científico es aceptar que nada es imposible…Y yo pienso que nada es imposible que ocurra y menos de poder superar.Publicado por sueños y palabras
