46, si, desde 1966

12 octubre 2012

Hay cosas que no se te olvidan mientras vivas. Pasan los años y sin darnos cuenta nos vamos aclimatando a esa nueva vida, la que puedes vivir y/o la que te ha tocado vivir. La convivencia se hace fácil, todo aquello que pediste una buena mañana del primer día de tu juventud se ha ido cumpliendo, en mayor o menor dimensión. Todo está, ahora, en silencio virtual, pero siempre se impone un enorme pedazo de razón en cada cita y en cada diario reencuentro. La vida o la muerte se separan por un segundo y ese segundo, que siempre llega,  aún y viéndolo cada vez mas cerca, no deja de ser como un tiempo regalado. Es difícil resignarse, claro, especialmente si el alma sigue latiendo por ella como en aquella preciosa tarde de miércoles de ahora hace 46 años, que fue el día que la conocí.

Recordando aquél feliz día, que cambió nuestras vidas y que nos ha llevado, felizmente, hasta aquí, me gusta, en este día, recordar el tema principal de la primera película que vimos solos y juntos, ella y yo. Es nuestra canción. Va por todos aquellos que a eso tan sobrado de aliento, de altruismo, de esperanza, de vida, a eso que se siente en el fondo del alma, si, a esos tontos que a eso aún le llamamos amor. Va por todos ellos y por nosotros, en una versión inigualable de Richard Clayderman.

http://www.youtube.com/watch?v=iv8bjf_mvXY

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