miércoles, 7 de diciembre de 2016

La Fiesta machista, la estupidez, la Loli y ... la Leonor


Fotografía de Cartier-Bresson


07 diciembre 2016

Hoy tocaba hablar de la revolución francesa, de los mormones y hasta de la escasa fidelidad que siempre muestra Antoine con cualquiera de sus amores. Los dos primeros temas lo eran porque la mujer de Julián había bajado con él y se puso en nuestra mesa a tomarse sus churros con chocolate caliente, pero cuando se fue ya aburrida por no poder meter baza en la conversación, dado que ninguno de nosotros supo decirle nada sobre la vida del Conde Lequio o del último desfallecimiento de la Velén Hestevan, enseguida entramos a matar y nos pusimos a preguntarle a Antoine sobre su salida por la ventana del chalet de su Nastia, una bella sesentona de Moscú, mujer de un acaudalado empresario de turbios negocios y regente de varios bares de copas en la Vega Baja. 

La Loli, el amor secreto a voces y amante fiel de Antoine, intuía que algo pasaba pues las risitas flojas de Antoine y la cara de niños de Instituto viendo a la seño cruzar las piernas que hacíamos todos, hacía prever una nueva historia para no contar de su querido amante secreto del Languedoc. Se acercó y con cara de mujer que espera al marido tras una comida de Navidad de Empresa,  preguntó: ¿Qué está pasando aquí? ... Antoine se levantó y con cara de marido que le han pillado a las tres de la madrugada fumándose un prohibido Marlboro en la terraza del salón, va y le contesta ... "jolie fille, rien ne se passe, je leur dis que je l'aime plus que tout" ... y la Loli, que de mala leche,  (y de tetas), anda sobrada, se le acercó, le rodeó el cuello con sus largos brazos y le estampó un besazo de tornillo que provocó el hoooh de todos los presentes. La Loli, cuando terminó y ante la cara de pollo desplumado que se le quedó al francés, y la de envidiosos y babosos terciarios que se nos quedó al resto, le dijo ... "anda ya, y ahora ya les puedes contar a estos simpáticos creyentes todos esos cuentos  y aventuras imaginarias que tanto te gusta contar viejito mío" ... y pellizcándole la cara con rabia se dio la vuelta nuestra barista con un par, y con paso balanceante y sensual, se marchó montada en esos imposibles taconazos que siempre luce de madrugada y nos dejó a todos pensando en la belleza del amor sincero y en eso de la estupidez de la semántica machista a la hora de contar que se es así de puro macho aunque, de ser cierto, nunca sería necesario contarlo ... "Cosas de hombres ... dirían nuestras sabias abuelas ... cosas de viejos estúpidos", dijo la Leonor desde la mesa de al lado como si me hubiera leído el pensamiento.


Enviado desde S6+Edge

 


4 comentarios:

  1. Bueno, ya se sabe, las cosas nunca fueron como fueron, sino como las recordamos

    Un abrazo, amigo

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    1. Totalmente de acuerdo, amigo Ildefonso. Yo las recuerdo como me gusta recordarlas y aunque alguno de mis más queridos amigo e incluso hermanos me lo niegan ... no les hago ni caso.
      Un abrazo bloguero de lujo.

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  2. La loli me encantaria conocerlaTiene mucho de mi y yo de ella
    Esas mujeres a las cuales los años no le pasan y se quedan ahi sintiéndose siempre adolescentes en la pasion del amor que a veces los hombres olvidan o calla

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    1. estoy de acuerdo contigo querida Mucha, Loli es una señora, una niña sesentona, de aúpa. Quizás la idealice demasiado, pero es que me encanta. Una mujer fiel, amante, sincera, entera, valiente y ... muy amiga.

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