sábado, 24 de febrero de 2018

Semilla … Surco – Alud … Abismo - Tañido … Rebato


24 febrero 2018

Pueden pasar muchos años sin que te dejen conocerle, puede que lo entierren en vida y que a ello contribuya un estado totalitario, al principio y la incultura vigente, después. Finalmente un buen día tropiezas con él y descubres que no es ni un futbolista, ni un socio de Berlusconi, él era, es y será siempre … Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia.
El sexo de los ángeles
Una de las más lamentables carencias de información que han padecido los hombres y mujeres de todas las épocas, se relaciona con el sexo de los ángeles. El dato, nunca confirmado, de que los ángeles no hacen el amor, quizá signifique que no lo hacen de la misma manera que los mortales.
Otra versión, tampoco confirmada pero más verosímil, sugiere que si bien los ángeles no hacen el amor con sus cuerpos (por la mera razón de que carecen de los mismos) lo celebran en cambio con palabras, vale decir con las adecuadas.
Así, cada vez que Ángel y Ángela se encuentran en el cruce de dos transparencias, empiezan por mirarse, seducirse y tentarse mediante el intercambio de miradas que, por supuesto, son angelicales.
Y si Ángel, para abrir el fuego, dice: "Semilla", Ángela, para atizarlo, responde: "Surco". El dice: "Alud" y ella, tiernamente: "Abismo".
Las palabras se cruzan, vertiginosas como meteoritos o acariciantes como copos.
Ángel dice: "Madero". Y Ángela: "Caverna".
Aletean por ahí un Ángel de la Guarda, misógino y silente, y un Ángel de la Muerte, viudo y tenebroso. Pero el par amatorio no se interrumpe, sigue silabeando su amor.
Él dice: "Manantial". Y ella: "Cuenca".
Las sílabas se impregnan de rocío y, aquí y allá, entre cristales de nieve, circulan el aire y su expectativa.
Ángel dice: "Estoque", y Ángela, radiante: "Herida". El dice: "Tañido", y ella: "Rebato".
Y en el preciso instante del orgasmo ultraterreno, los cirros y los cúmulos, los estratos y nimbos, se estremecen, tremolan, estallan, y el amor de los ángeles llueve copiosamente sobre el mundo.
Mario Benedetti 

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2 comentarios:

  1. Qué precioso texto que no conocía. Qué sutil y deliciosa manera de contar el amor incorpóreo. Su lectura me hace reafirmarme en mi idea,de que la vida, por mucho que vivamos, siempre se nos va a quedar corta para leer todo aquello que nos gustaría. Cuando coges un libro que te apasiona y vas llegando a su final, lo paladeas suavemente, despacio, para que dure su sabor.Como un caramelo.
    El texto de Benedetti lo voy a copiar en mi libreta de Textos para no olvidar.
    Gracias.

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    Respuestas
    1. Cuanta razón tienes, amiga Conchita, a mi me pasa algo parecido cuando pienso y no puedo entender, que la gente pueda llegar a aburrirse y es que me acuerdo siempre de mi Madre cuando me decía mientras me abrazaba: "No entiendo como la gente se aburre tanto" ... Ella nunca lo entendió, yo, tampoco.
      Feliz noche ... y feliz semana que ya está ahí

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