19 noviembre 2020
-Empiezo mal el día. A un amigo de Madrid, que pasa medio año en Alicante, se acaba de enterar hoy que le han okupado la casa. Haya confinamiento o no, se ha marchado para allá para ver como lo resuelve. “Me llevo el bate de beisbol, pues la policía no lo va a arreglar” – nos ha dicho con un claro gesto de llevar las cosas al muy desalentador grito de “todos a una como en Fuenteovejuna”.
-No soy capaz de entender el asunto de los Okupas y la desidia del Gobierno, (este y todos los anteriores), en resolver el problema de una vez por todas. Puedo entender que las llamadas familias o personas vulnerables, no puedan ser enviadas a la calle sin techo que las cobije, lo sé y lo entiendo, lo que no puedo entender es que esa solución de no hacer nada, se haga con cargo a quien ha invertido media vida de su trabajo en la compra de la vivienda okupada para uso propio o para su alquiler.
-Hay quien no puede entrar en su propia casa okupada o no puede echar al inquilino que no le paga pues se declara vulnerable e insolvente. Si el estado y nuestros gobernantes se sienten tan magnánimos y sociales, lo que deben hacer es echar inmediatamente a esa persona y/o familia de la casa okupada al minuto siguiente de que la hayan okupado, estudiar si se trata de unos caraduras o si, realmente, son gente con problemas y por tanto necesitan ayuda. Si el problema es sangrante y motivo de preocupación, lo que deben hacer es mandarlos a una casa que los gobiernos de turno y de cada Comunidad Autónoma deben alquilar, comprar o construir de inmediato para ellos.
-Gobernar y resolver el problema con el dinero o bienes de lo privado, no es más que un robo más o una desvergüenza más de nuestros gobernantes que nunca resuelven los problemas sangrantes para la Sociedad a la que se deben y que les vota, pasen los años que pasen.
-Más adelante, saliendo de la tienda de las loterías, me encuentro a Julián. Me dice que está acongojado con lo de las vacunas:
“Vaya, Enrique, resulta que vivo esperanzado con la llegada de las vacunas y ahora que ya anuncian su llegada, me matan cuando en todos los medios se dice por virólogos, infectólogos, epidemiólogos y otros activista de la contradicción, que no son seguras, que al menos hasta que no pasen cinco años no habrá solución ¡No tenemos tanto tiempo, Enrique!”.
-De nada ha servido que le dijera que no debe hacer caso a ninguno de todos esos Gurús de la Salud que se despachan a gusto por los medios de comunicación, que la vacuna llegará cuando esté revisada por los expertos en salud de la CE y de otros organismos que se dedican a eso o solo a eso, en estos momentos. Lo peor, sin duda, es que como Leandro, están o estamos, muchos, es decir: por favor, no nos acongojen, ni acojonen más, que ya lo estamos y bastante.
-Por último y ya escondido en mi rincón de las palabras no escuchadas, cierro los ojos y me pongo a volar, a bailar, a sentirme el rey de mis sueños, de mi vida aunque no de mi futuro y eso, siendo preocupante, que lo es y mucho, aún me siento con ganas de abrazar mis propios sentidos, mientras me mantengo en esta vieja proclama, (hoy más que nunca), para evitar que nuestra Sociedad tienda hacia siniestros y preocupantes gestos políticos:
“La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas.” (A. Camus)
Que triste lo de las vacunas, yo, a menos que sea obligada no me la voy a poner y que pase lo que pase..... Saludos amigo.
ResponderEliminarEs cierto que hay mucha controversia, Sandra. Hay que ser precavido pero hay que ponérsela.
EliminarUn abrazo de viernes