23 enero 2022
- Leía las noticias de la prensa, veía los telediarios del día y pensé: ¿Quién habrá puesto esa maldita piedra irreal en mi zapato? Sentí miedo.
- Luego me senté en mi rincón favorito, luz apagada, tarde oscura, apenas luz que administrar desde la ventana cerrada, ojos cerrados, alma dormida, mente en vuelo envuelta en el papel que abraza los sueños imposibles ...
- Recordé aquella frase de la gran Murasaki Shikibu: «En la oscuridad, las cosas que nos rodean no parecen más reales que los sueños».
- Soñé, pensé que el mundo no era mundo y que la vida no existía. Al rato noté que Ella me cogía la mano ... desperté, avivé el seso, abrí los ojos y la realidad me parecía tan bella como Ella misma.
- "Vamos cariño, hay que cenar, he preparado eso que..."
- Vivía, sentía... sí, aún es posible.
¡Qué bonito escribes, Enrique!
ResponderEliminarGracias, Tracy, estoy en una etapa en que me parece aún más bonito vivir y querer vivir.
EliminarUu me sacaste un suspiro te mando un beso
ResponderEliminarEspero que fuese una gradable suspiro, amiga Judit.
EliminarUn abrazo, escritora
Si amigo, hay que vivir y sentir, aun estamos aqui, y el amor lo tenemos al lado, eso es maravilloso. Saludos amigo Enrique.
ResponderEliminarY gracias por el lindo poema que compartiste, me alegra que te guste estar en CafePoetas. No pude dejar comentario, lo siento.
EliminarEs siempre así, amiga Sandra. El amor suele estar cerca, muy cerca, a veces en el pensamiento, pero la mayoría de las veces suele estar al otro lado de la cama.
EliminarUn abrazo.
Me alegra saber que te gustó, Sandra, y que no te importa que los publique en alguno de mis blogs. El mérito es tuyo por esa magnífica labor de difusión que haces de las letras hispanas.
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