domingo, 14 de julio de 2013

Cagadito


14 julio 2013

La verdad es que a medida que se acerca la hora siento un vértigo tremendo, es como si fuera a acercarme a la barandilla de la última planta de la Torre Eiffel y alguien estuviera tonteando con que si te empujo un poquito o me quedo quieto. “Cuidado, Enrique, no te vayas a caer, esos peldaños son muy altos

Lo contaré, si, es verdad; mañana cumplo los 64, mañana no veré al Nautilus en la piscina ni al del embargo, (por cierto hoy no estaba). Tampoco iré a la oficina de la Playa, me iré al cielo, nos vamos a juntar la Avia y yo. Ando “cagadito” pero feliz. Vértigo acongojante y mucho calor y festejo por el medio. Valdrá la pena. Ya os contaré. Os adelantaré que los 63 anteriores fueron extraordinarios, si, o eso me ha parecido siempre. “Llévate el bastón y pasa por los semáforos, la gente del coche respeta a los del gayato, incluso los “umba-umba”, ya sabéis, gente que conduce un coche negro y pequeño, radio a  tope y ventanas bajadas. Son mis ídolos, pero ahí le doy la razón a mi Santa: Respetan a los de los bastones en los cebra.

Antes, cumplir años era sinónimo de fiesta, copas y cachondeo familiar. Hoy, también, si, pero sabes que la escena final está cerca, más cerca y eso, sin duda, compite con la otra versión del suceso que es parecida a aquella que sientes cuando bajabas del funicular del Tibidabo. Qué pena, pensaba, se acabó, pero lo conseguí. Otros no pudieron llegar hasta aquí.