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jueves, 27 de octubre de 2016

Sin vosotras Él nunca me hubiera amado como lo hizo



27 octubre 2016

Tenía una vida regalada según él  mismo nos contaba; era buen médico , tenía doble consulta pues tenía plaza en el Hospital de la SS y por las tardes la privada en un conocido centro médico; doble vida y doble moral, también, como todos los de su especie;   una querida en La Albufereta y mujer Santa y Casta en su casa junto al Ayuntamiento; los domingos a Misa de doce como Dios manda y las tardes y noches de los  martes y jueves con la "otra", a la que quería tanto que hasta le hizo dos hijos - ( y cinco a su mujer ); era un hombre culto y presidía no sé que mesa para la regeneración del espíritu médico como vocación altruista y hasta se apuntó a presidir un club de golf de la Vega Baja .... ayer, Carlos, Don Carlos, murió de un infarto inesperado a la puerta de la casa de La "otra".

Carlos, Don Carlos, era todo un señor, me decía nuestra querida Loli, mientras soltaba unas lagrimitas sobre la mesa del dolor de los jueves del café de madrugada en el Ateneo de mis consuelos ... "yo le quise mientras él se dejó, pero prefirió volver con su mujer que es lo que hacen todos, Enrique, nosotras, las otras, no tenemos derecho a nada, solo a llorar en silencio cuando se van y nos dejan. Ayer estuve en su entierro y Ella, su mujer, al verme llorar de esa forma como lo hice yo, se acercó a mí  y me dijo: Gracias por quererle tanto, sin vosotras Él nunca me hubiera amado de la forma que lo hizo" ...

Al instante llegó Antoine, ( a saber de que correría nocturna ), y ella, la Loli, se levantó como si fuera el mismísimo Nazareno el que acababa de llegar y lanzándose sobre él y sin recato alguno, le estampó dos largos besazos morrudos que hizo que todos despertáramos de nuestro letargo emocional y empezáramos, puestos  en pie, a aplaudir tan emocionado gesto de la barista más original del mundo de la farándula imaginaria que jamás haya existido ... y que, puesto a contarlo todo, acabó como siempre aunque con distinto actor ... Antoine, en cuanto pudo respirar soltó la frase mágica: " Niña, una copa de Brizard para todos, hoy pago yo ".

A veces, cuando creo oír esas historias de amor perverso, me pregunto si verdaderamente he vivido y vivo, en un mundo real.





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