lunes, 24 de abril de 2017

La felicidad está donde nunca parece estar


Mario, el chico más galante y enamorado de La Huerta del ayer

24 abril 2017

Un amigo de banco  madrugador, (banco de sentarse), en el lujurioso paisaje de las casas viejas de mi muy murciana y querida,  "La Alberca de Las Torres", me preguntaba, (con cara de ser más antiguo y lindo, que la propia piedra vieja que nos contemplaba y admiraba a escasos metros), si se podía ser más feliz que lo eramos nosotros en ese silencioso "estar",  frente a ella, frente a la piedra de nuestra más ancestral historia. Le contesté con un gutural sonido - más animal que humano - al que el "veterano amigo de banco de sentarse" me contestó con otro muy especial, pero de signo , suficientemente, aprobatorio. 

De pronto, y sin que lo pudiéramos evitar, pasó una niña sesentona de armas tomar, taconazo corto - pero taconazo - pantalón tejano ajustado hecho piel, más larga que un día de lluvia sin migas, teléfono móvil en mano dejando oír una coqueta conversación con a saber que atractivo pardal de su entorno, andares vacilantes y cuerpo boom, y ante lo que parecía un poco animoso amigo de banco de sentarse, éste, (mi vecino de banco de sentarse), se levantó a su paso y soltó un ruidoso, armonioso y hasta Huertano ... "Olé tus genes, niña, eres como un manto de lluvia en primavera, un sol de atardecer en lo alto de la Sierra, una figura de pesebre, un deseo inalcanzable ... eres un sueño entre mis sueños, eres una hermosa e inalcanzable flor de primavera, un verso suelto entre un poema de amores para el perdón... eres mujer de belleza sin igual... ". Y pasó ... sí, la niña, (la espectacular sesentona), y se paró, cerró el teléfono y se dirigió a mi amigo con una enorme sonrisa ... se acercó a él - que aún permanecía de pie-  -  (el lanzado vecino de banco de sentarse), pero mucho, es decir, mucho, y como barco que va a chocar suave e inevitablemente con el embarcadero, la niña, (la bella sesentona), medio agachándose y morrico picudo en labios, le dio un corto, pero sensual, "pico" en todos sus morros a mi sabio vecino de banco de sentarse que lo dejó sin habla... pero no a la bella e impresionante sesentona, que le apostilló: "No cambies nunca Mario, yo también te he querido siempre" ... y ella se alejó sin querer dejar rastro en mi momento, pero no fue así mucho más después de oírle a él, a mi vecino de banco de sentarse, decir algo tan subliminal como, seguramente, irracional ... "La quise más que a mi vida, sí, pero padres quisieron que me casara con otra".

Cuanto más viejo me hago, más feliz me siento de ser como soy y de la suerte que he tenido siempre. No obstante, lo curioso y sorprendente, es que mi nuevo amigo Huertano, Mario, dice lo mismo ... ¿¿¿???



Enviado desde S6+Edge





enriquetarragófreixes