martes, 25 de abril de 2017

Nunca es tarde


25 abril 2017

No sabía como decírmelo, me miraba y no atinaba a soltar palabra alguna. Finalmente y ante mi cara de perro que espera le lancen el hueso, Arturo se arranca: ..."Enrique, llevas la cremallera del pantalón  bajada". 

Julia, la bella niña de Lorenzo, me para antes de entrar en la tienda de las frutas, me coge por el hombro, me mira con ojos de arrancarme las pupilas, (o las cejas), y con cara de pena o del que ve a alguien que mañana igual la palma, me dice: "Enrique, tienes el ojo izquierdo completamente  rojo, muy rojo".

Antonio, el Jefe de Prensa de mi vida en La Playa, apenas me ve, muestra cara de horror y tras un titubeante "holaquetal", me dice: "Enrique ¿No has dormido hoy?" Claro que sí - le contesto - "Es que  tienes ojeras, barba de dos días, llevas los botones  de la camisa abrochados un nivel más abajo y en lugar de tu cachava llevas un paraguas cuando hace un sol de justicia". 

Finalmente oigo un ruido rarísimo y un pip, pip, pip y a continuación una voz ultratumba que dice: "Son las seis de la mañana, Radio Nacional de España, Servicios Informativos". 

Luego, luego ha llegado lo mejor, la liberación ... "Cariño, apaga la radio que son solo las seis" - Claro - dije - que feliz soy - pensé - luego abrí  los ojos, alargué  mi mano hasta encontrar la suya y recé, suspiré, sí,  solo eran sueños que hacen que la realidad haya vuelto a ser, cada vez más, un tiempo más venerable que el de los sueños.

El tiempo, el calendario, lo cambia todo. Nos hace mejores, menos pragmáticos, más sensibles, más humanos ... menos perversos, aunque nunca hayamos sabido, ni querido entender, que lo fuimos. Curioso que la apreciemos mucho más cuando tiende a irse, a terminarse. Así es la vida, coqueta, a veces cruel y otras, como ahora mismo, tremendamente  sensual y atractiva. Años para entenderlo... pero lo aprendí.  Nunca es tarde



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