lunes, 10 de junio de 2019

Sólo amor, lo demás no importa


Amor, solo amor, oscuro y claro amor, pero amor, no hay más ¿Será verdad?
10 junio 2019
– Nunca jamás quise ser más clásico que un cuento perverso de Edgar Alan Poe, contado a ciertas ánimas invertebradas de mi esencia espacial nocturna y oculta, pero así fue, sí, totalmente imprevista, más bien perversa y cruel, dulcemente cruel.
– Sucedió a medianoche, bueno, a la medianoche de los prostáticos, es decir, sobre la una y media de la madrugada de los que nos acostamos a las once, y  a las doce de los que se acuestan a las diez de la misma nocturnidad, justo después de cenar y un segundo antes de que empiecen a darte por las exclencias traseras los muy “extraordinarios” programas de la tv del Kelesden, aliasTV5, que dan justo a la hora de lo que ahora llaman “PRIME TIME”.
-Sí, inmerso en mi sueños de la excelencia escasamente terrenal, un nieto, nieta en este caso,  me abrazaba apasionadamente, mientras otro más enano, mucho más y mejor educado a la psicología progre moderna del hoy educativamente vigente, durante más de ocho horas que estuve con él, no fue capaz ni de decirme ni por ahí te pudras viejo de mierda, ni al llegar, ni al irme. Me tranquilizaron mis acólitos herenciawles diciéndome que no pasa nada, “es que el niño es muy raro” – y muy despiadadamente mal educado pensé yo. Pero no,  solo era un sueño de prostático a punto de fenecer, creí creer, redundantemente.
– El sueño, (larga vida a los prostáticos que duermen en colchones comprados al embrujo del … “cómpraselos a Petrowsky que es de la familia y te hará un descuento de la hostia”), es imposible, inhumano y perversamente inútil, duele todo el cuerpo al dormir y lo peor es que aún te duele más cuando te levantas y, como no, te acuerdas de la madre del Petrowsky y mucho más cuando descubres que a los únicos a los que vendió el colchón de la gloria fue a nosotros. Nada como tener familia para hacerle favores a la gente de  la familia, sí, es una forma de ganarte el cielo, digo yo y recordando una vieja frase de mi Santa Madre, que siempre me previno de ello, cuando me decía: “De la familia no esperes favores pero no dejes de hacérselos pues puede irte peor si no se los haces”. La España negra de la que mi Santa Madre me prevenía descubrí que existe y, ah, no hace falta irte muy lejos … existe y cerca, muy cerca y lo peor es que ellos, los que viven dentro de ella a pesar de la juventud de algunos, no lo saben, no, no saben que viven en ella.
– Bueno, aunque intento no desviarme del mensaje principal, como no, no puedo evitarlo, pero voy a intentarlo, es decir, voy a intentar ser concreto y lo haré del modo como a mi me gusta hacerlo, sí, con un poema de uno de mis admirados poeta antes, , mucho antes, de ponerme en manos de mi otro yo el suicida intelectualmente inconsecuente y pueril.
– Dejo aquí, por ello,  los cuatro primeros versos de uno de los más grandes poemas del aún más grade Pablo Neruda:
Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma. 
 – ¡Qué mejor reconocimiento que dar crédito al amor eterno, cercano y profundo! … a cierta edad, lo demás, quizá no importa para nada, ni a nadie, solo a quien cree reconocerlo.

 EnriqueTarragóFreixes

1 comentario:

  1. el amor el amor... siempre te miran como si uno dijese una cursilada y es lo único válido en esta vida.... abrazo...

    ResponderEliminar

Este blog comparte contenidos con otro de mis blogs a modo de copia de seguridad, el uno del otro, hasta el 24 de febrero de 2023

https://enriquetarragofreixes.wordpress.com/