12 mayo, 2020 por
Tommy Ingberg
12 mayo 2020
– Me contaba Eduardo esta madrugada en un mensaje-e muy ruidoso, por la hora, y al final de un inagotable manifiesto de crueldades terrenales propias, que cualquier tiempo pasado fue mejor.
– Contesté lo primero que me vino hasta la punta del dedo pulgar y empecé con otra pregunta para luego rematarle con su verdad: “¿Cualquier tiempo feliz fue siempre pasado? No lo sé, querido amigo, la respuesta nos la da la misma historia de nuestra vida.”
– Los bares por aquí ni abren, ni les dejan abrir, y los jóvenes veteranos que me acompañaban antes de este tiempo de Pandemia, en el Rosario de las ocho y las Misas de nueve, están a punto de que los suiciden ya que sus “chicas” hasta les pagan las multas que les puedan poner los guardias a cambio de que se vayan de casa bien tempranito. Están todos ellos como si fuera el día del apocalipsis. ¿Aguantarán mucho tiempo así?
– Para no hacer muy largos estos contenidos insolventes en este cruel tiempo de confinamiento, terminaré contando que esta noche, en un programa de radio de lo más nocturno, escuché como hablaban de la Casa de la Cascada y yo me levanté corriendo para apuntar en un papel lo oído para que no se me olvidara, pero fue demasiado tarde, estornudé, me di un golpe con la lámpara del despacho, desperté a toda mi vecindad, y se me olvidó todo.
– Tras un largo reposo en la silla, (mi vieja compañera de fatigas), de ese rincón querido del hogar, me apareció un mensaje en la oscura pared del habitáculo que me pareció importante. Era un extraña cita de Mario benedetti:
«Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas».”
– Me asomé a la ventana y estaba nublado, sí, es cierto lo que ha querido contarme ese misterioso pasaje de misteriosa aparición, pensé, pero no lo dudé, será un feliz día, porque si es necesario aprenderemos las respuestas antes que nos hagan las preguntas.
¡¡¡Imaginemos!!!
¡Qué buenas las palabras de Benedetti!
ResponderEliminarASÍ ES, QUERIDA tRACY, SIEMPRE LO SON.
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