martes, 25 de noviembre de 2014

El colágeno, el hialurónico y el cardo mariano


25 noviembre 2014

Te haces mayor y encuentras interesantes cosas que antes ... ni verlas. Ya no te preocupa que cinturón llevas, ni si es rojo o negro o si es de piel o de plástico, pues la barriga lo tapa colgando por encima de él. Pasas de la cosa política aunque no renuncias a senequear sobre el futuro y el quehacer de los políticos, ni de la solución a la macroeconomía, siempre en versión tabernaria. Pero, por contra, te enganchas a la cucharadita de polen en el café con leche de la mañana,  al colágeno con hialurónico entre comidas,  al cardo mariano tras las dos copas de más de los domingos, al botón de ajo para acelerar la diuresis y a las cápsulas de lecitina de soja tras las comidas. Te entra una pasión enfermiza por lo natural, lo naturista y todo lo que te cuenten que tomándotelo te alarga la vida. Juan, que es uno de esos nostálgicos novios de la muerte, (legionario de los del Marroq,  como a él le gusta hacerse llamar), me dice: "Enrique,  todo eso que cuentas, será porque tienes ganas de vivir ¿Verdad? " No he sabido contestarle nada de inmediato ... luego, tras unos segundos,  y mientras razonaba sobre el porqué de su preocupante pregunta, le he dicho ... Sí,  Juan, claro,  ¿Cómo no?

Nota de redacción: El cuadro que ilustra esta bloguería no es más que un canto de impulso al buen hacer para unos amigos emprendedores que hacen las cosas bien y ... les sale bien. Enhorabuena. 

Enviado de Samsung Mobile Note III


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