Herbert Bayer: La soledad del ciudadano, 1932
24 noviembre 2014
Mi médico, un extraordinario especialista en vísceras masculinas, me ha dicho que lo quieren jubilar de la Pública porque ya tiene 64 y pico, mientras que los médicos “viejos” se van a Dubái porque allí los quieren para que enseñen a los médicos jóvenes, a los cuales, también, se los están llevando a manadas. O sea, aquí, en Spain, mandamos a casa a la experiencia mientras otros la usan en su justo valor. Como diría el cura de mi barrio: Pura Madre.
Pepe, el de Rabasa, un guaperas empedernido, viudo sesentón, con pelo y sin tripa, que podría hacer una vida de alegre y feliz jubilado, hace una semana echó de su casa a su hijo de 33 porque ni da, ni quiere dar golpe, le lleva sus amigas a casa, le deja la nevera vacía y se pasa el día y casi toda las noches por ahí. Dice que estudia pero va por quinto de primero de Derecho y, ah, además le sangra todo el dinero que puede y más, a veces, incluso, bajo amenazas. Pues un juez le ha dicho que lo readmita de inmediato en el hogar y que sea así mientras no tenga recursos propios para independizarse y, desde luego, hasta que acabe la carrera. Además, el abogado del niño, que es un excompañero de universidad de éste, (del niño), se ha presentado en casa, en la de Pepe, y le ha dicho que no insista en esa actitud, en la de mandar el niño a la calle, y que además convenga en darle una pensión de 300 € a la semana, pues de otro modo se verá envuelto en un proceso judicial que va a perder con toda seguridad.
Armando, ese veteranísimo muchacho que llora cada vez que le contamos la historia de algún divorcio, ha decidido ir todos los días, desde muy temprano, con dos copas de más. Eso no sería problema si no fuera porque acaba, siempre, contándonos que su mujer, hace ya seis años, lo dejó por otro, que ella le sacó todo el dinero que tenían pues él se lo puso a su nombre, en los 70, por aquello tan sabio que hacen los “buenos empresarios” de esta Terreta querida para que los acreedores no le pillen en caso de arruinarse. Además, para mayor desangre, él se tuvo que hacer cargo de los niños con 19 y 26 años pues no querían vivir con su adúltera madre que, a su vez, en una operación de aliño, se ha declarado insolvente mientras ha puesto toda su fortuna a nombre del maromo, en parte, aquí en Spain, y en Bogotá, por otro, a nombre de ella en cuentas que no se han podido localizar pues el maromo de la adúltera es de armas tomar y ese ambiente, el del dinero oculto, lo conoce muy bien.
Armando, ese veteranísimo muchacho que llora cada vez que le contamos la historia de algún divorcio, ha decidido ir todos los días, desde muy temprano, con dos copas de más. Eso no sería problema si no fuera porque acaba, siempre, contándonos que su mujer, hace ya seis años, lo dejó por otro, que ella le sacó todo el dinero que tenían pues él se lo puso a su nombre, en los 70, por aquello tan sabio que hacen los “buenos empresarios” de esta Terreta querida para que los acreedores no le pillen en caso de arruinarse. Además, para mayor desangre, él se tuvo que hacer cargo de los niños con 19 y 26 años pues no querían vivir con su adúltera madre que, a su vez, en una operación de aliño, se ha declarado insolvente mientras ha puesto toda su fortuna a nombre del maromo, en parte, aquí en Spain, y en Bogotá, por otro, a nombre de ella en cuentas que no se han podido localizar pues el maromo de la adúltera es de armas tomar y ese ambiente, el del dinero oculto, lo conoce muy bien.
Me llaman del Hospital para decirme que la Resonancia Magnética ha salido mal y que tengo que ponerme de inmediato, otra vez, en ese tubo, (para mi el de la muerte), olvidándose de que soy claustrofóbico a muerte.
No … hoy no es un buen día, me dedicaré a ver fotos de mis nietos, a oír música de Milanés o de Mozart, nada que suponga contacto alguno con el mundo, hoy he absorbido, ya, demasiada pena.
Nota de Redacción: Cuando alguien me pregunta si esas cosas que cuento suceden en Spain y les digo que sí … no se lo creen, vuelven a preguntármelo por si lo han leído y/u oído, mal.
Nota de Redacción: Cuando alguien me pregunta si esas cosas que cuento suceden en Spain y les digo que sí … no se lo creen, vuelven a preguntármelo por si lo han leído y/u oído, mal.
Señor Enrique, lo que cuenta es la vida, todo esto que no nos gusta ver, ni escuchar, ni experimentar ocurre día si y día también. Pero lo apreciamos porque estamos vivos. ¡¡Vivos!! y, a pesar de todo, eso es bueno.
ResponderEliminarPD: yo también odio las resonancias, cierra los ojos antes de entrar y piensa en algo agradable, desconecta hasta que notes que sales de ese dichoso tubito.
Un beso y ánimo.
Gracias, detalles, estoy vivo y quiero seguirlo estando hasta los 97 o más, claro. Mañana te contaré lo de la Resonancia.
EliminarAmigo querido, a pensar en cosas bonitas como la sonrisa de los nietos, o el olor de una buena comida. Hay cosas sencillas que nos pueden llenar el alma cuando nos saturamos de esta clase de información. Y con respecto a la resonancia, pues a respirar tranquilo, visualizar momentos hermosos y lo más importante esperar confiado que todo esté bien.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte muy fuerte
Mil gracias Susana, eres un encanto, amiga poetisa.
EliminarNo tan solo suceden en tu amado Spain, también acontecen en otros lares...Cuando veo por tv el noticiero o leo el periódico y aparecen algunas de estas "curiosidades" que relatas, me refugio en el amor de mis hijos y en mi jardín. Definitivamente en lo sencillo y bueno de la vida está la esperanza.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es cierto que son las cosas sencillas las que, finalmente, nos ayudan a seguir, taty. Un abrazo de martes ... noche.
EliminarEnrique como el dicho: ''Cría cuervos y te sacarán los ojos'' Y menos mal que no todos somos cuervos.
ResponderEliminarUn beso
Cuanta razón tienes, Eva,
EliminarUn abrazo-e muy fuerte.