lunes, 9 de febrero de 2015

Calle Mayor arriba, Calle Mayor abajo


09 febrero 2015

Él es un hombre que ha vivido cómo nadie, un trabajador excepcional. Montó un imperio alrededor de La Huerta y especialmente con los tomates, la gente le cedía el asiento en las reuniones de alto nivel y hasta era como un premio, algo muy valorado, poder decir que se era amigo de él mostrando una tarjeta, como prueba de ello, con su nombre y su teléfono personal. Él era uno de los reyes del mundo empresarial de los 80. Yo era uno de esos escogidos, sí,  yo tenía su tarjeta de visita. ....

... Hoy me lo encontré haciendo su rutina diaria, como uno más de esos anónimos paseantes que circulan por las calles de nuestras madrugadas. Cabeza erguida y paso lento, cachava en mano, como debe ser, calle Mayor arriba, Calle Mayor abajo, saludando a pocos, (viejos veteranos que lo reconocen), pero lo hace con cara de satisfacción y sin pararse, (seguramente él no sabe quien son) y ahí sigue, a sus más de ochenta, marcando un estilo, sí, ese que saben mostrar en su rostro aquellos que fueron grandes emprendedores, fuente del éxito que vivimos hoy ... y que siempre lo serán para algunos aunque el tiempo, siempre cruel, lo diluirá en el olvido cómo azucarillo en café. Quizás la Historia lo salve, los salve, hoy le salvo yo como personaje anónimo ... seguramente ya es lo que es, aunque me duela.

Enviado desde mi Note 4
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