El cielo invisible
09 octubre 2020
- Y Manuel le dijo a María ...
- "Y si nos vamos a un lugar, tú y yo solos, donde nadie pueda encontrarnos, donde no haya colegios con niños a recoger y llevar y volver a llevar y traer; un lugar donde puedas hacer la siesta en el sofá sin que te llamen por teléfono para que salgas corriendo a Mercadona a comprar nosequé cosa que le hace falta a esa preciosidad para la cena de los niños; un lugar donde celebren nuestro aniversario de boda aunque sea en un día distinto por aquello de los horarios de todos y cada uno de ellos; un paraíso donde no seas una especie de interesado estorbo al que se usa como kleenex en baba de niño cabreado; un lugar donde hagas lo que hagas alguien te agradecerá cualquier gesto que, a pesar de tus años, aún puedas hacer; un bello lugar donde al levantarte recibas un deseado mensaje de buenos días abuelos, gracias por eso y por todo" ...
- y María le contestó ...
- "No, Manuel, no, no podemos irnos, ellos nos necesitan"...
- y Manuel bajó la cabeza, hizo un gesto de aburrido y resignado asentimiento y se fue a sus andares por la Playa, a sus charlas en el Ateneo y a sus intensas y siempre renovadoras, para su fe, conversaciones con el Párroco amante de la suya y del Marie Brizard.
- Mientras, María siguió con sus suspiros al cielo, sus dolores, su fibromialgia y su sufrir, deseándole al que guía nuestros destinos, que ellos, los suyos, sigan bien ... y que su Manuel siga queriéndola cono nadie la quiso jamás.
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Qué bonito!, aunque no comparto la ectitud de María.
ResponderEliminarEs difícil de entender, pero es un mal muy extendido, querida Tracy.
EliminarUhhhhh un excelente relato Enrique. Triste. Siento que muchas veces las mujeres tenemos esto de no querer soltar estas cuestiones familiares. Cuidar a la pareja, permitirse momentos de intimidad y de disfrute son sumamente importantes y hablan del verdadero amor y no del egoísmo , como se pudiera pensar.Te deseo un lindo sábado querido amigo!!!!
ResponderEliminarGracias, Eli. Sábado y domingo, sin nietos, pero felices aquí juntos los dos.
EliminarUn abrazo fuerte.
Hay tantas mujeres como Maria, y pienso que no debieran pensar de esa manera, la pareja es importante y conservar el amor hasta el final, juntos y solos como empezaron, los hijos muchas veces son egoístas. Un buen texto amigo Enrique. Un lugar así como propone Manuel es excelente para vivir momentos de felicidad al lado del ser amado, solos. Saludos a la distancia. Cuidate.
ResponderEliminarLetra por letra, estoy de acuerdo con tu comentario.
EliminarSaludos, Sandra.