No servía de mucho, yo no hacía mas que aullar y aullar, no podía contener ese lamento, estaba viviendo todo lo que me debería haber pasado y que no me pasó porque cuando llegué a la primera Y del camino pude escoger la ruta de mi destino. Y luego fue otra y otra, todas en poco tiempo y constantemente. Muchas Y se fueron presentando ante mi y yo solo tenía que decidir por qué rama me escurría. ¿Cuanta suerte hay que tener para adoptar el destino correcto? ¿Cuantas veces habré podido equivocarme sin saberlo? ¿Cuantas veces el destino nos deja que eso sea cosa nuestra? ¿Solo es suerte? No sé …“¡Cariño despierta!” – Auuuuuuuuuuuuuuu - “¿Quéee?” – Perdona, es que no se en que estaba soñando.
“Y me permito hacerles un ruego: si en algún momento tropiezan con una historia, o con alguna de las criaturas que transmiten mi libros, por favor créanselos. Créanselos porque me las he inventado”. (Final del discurso de Ana María Matute al recibir el Premio Cervantes 2010)
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Este sueño tuyo, Enrique, refuerza el artículo "Hacer lo que fuera".
ResponderEliminarNuestro camino nunca ha sido de rosas y hemos tenido que ir demostrando lo demostrado y miles de papeles en los dientes.
¿Nos hemos equivocado? Quizás. ¿Hemos acertado? Quizás.
Eres único querido amigo. Te rescaté nueve años después y ahí sigues. Sorry
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