23 enero 2013
Y una mañana en invierno me vestí de amante y me fui a cabalgar por los cielos del olvido ... y la encontré.
Y una mañana en invierno me vestí de amante y me fui a cabalgar por los cielos del olvido ... y la encontré.
Hoy mi querida María cumpliría 99. No lo celebramos, claro, pero es el día que, siempre, vuelvo a recordar lo que la quise y lo que me dio: Amor, dedicación y a su hija.
Hoy es el día aquel en que se me ocurre que nada es tan enormemente saludable como hacer lo imposible para hacer felices a los demás, si, es algo que perdura en el recuerdo de quienes lo reciben. Ella, María, fue un ejemplo para todos. Felicidades María, me encantaría podértelo decir al oído, pero haré algo mejor: Se lo contaré al viento.
Hoy es el día aquel en que se me ocurre que nada es tan enormemente saludable como hacer lo imposible para hacer felices a los demás, si, es algo que perdura en el recuerdo de quienes lo reciben. Ella, María, fue un ejemplo para todos. Felicidades María, me encantaría podértelo decir al oído, pero haré algo mejor: Se lo contaré al viento.
El viento me ha traído ese reconocimiento del que no solemos hablar pero que guardamos en la memoria.
ResponderEliminarBesos.
Hace algunos años, María Luisa, en una de esos cursos para ejecutivos que organizaban las grandes empresas de la época, me enseñaron algo que era, en si, el título de uno de los temas: Aprender a aprender. Dentro del tema había muchas variables de la definición del enunciado, que no era otra que ir formando frases con esas dos palabras, me quedé con una que no se me olvida aplicar siempre que puedo: "Enseñar a aprender". Mis deseos lanzados al viento de hoy, es una forma de hacerlo.
EliminarUn abrazo-e muy fuerte.