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Melvin Sokolsky
13 mayo 2014
Antoine, al que llevaba algunas semanas sin verlo, tiene a su reciente amor, la Matilde, en la vitrina de los santos queridos, intocable, mientras siga ella con su radioterapia, pero mientras tanto ella no se recupera, él, me confiesa que tiene un nuevo amor incipiente - “ríen de grave, Enrique est juste du sexe” - Es decir, sigue siendo un pedazo de cabronazo, eso sí, nada ibérico, como es habitual, pero si, en este caso, un “un vieux machiste de la France”.
La cultura machista no entiende de edades, de religiones, de culturas, ni de nacionalidades, al parecer es algo de difícil curación. Mientras occidente no tenga claro que debe legislar para erradicarlo, aquí seguiremos con esta lacra y, ah, mientras tanto, nada podremos decir en contra de otras culturas que lapidan, violan y maltratan como algo natural, a las mujeres. En el fondo, somos iguales.
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