03 noviembre 2017
He visto esta madrugada algo que, seguramente, me ha hecho mejor. Me he dado cuenta de que hay muchas cosas que no hago bien y que, seguramente, en muchas más ocasiones lo debiera haber hecho mejor.
Quizás debiera quejarme menos y hacer como hará hoy un chaval amigo, hijo de un camarada de esos cafés de madrugada de mis sueños, con uno de sus compañeros de facultad al que, hoy, recogerá del Hospital de Elche para llevárselo a su casa, seguramente para siempre, a vivir con su familia. El amigo sale de una enorme tragedia familiar que tras ella quedó huérfano y sin medio alguno de subsistencia a sus 19 años y, además, con grandes posibilidades de que nunca pueda usar su brazo izquierdo, al margen de algunas importantes secuelas de tipo facial.
Cuando me lo contaba, hoy, su Padre, y especialmente en la forma en la que su hijo se lo pidió, me ha conmovido. Luego me contó, con lágrimas en los ojos, que su hijo vive con una avanzada discapacidad, (Duchenne), y siempre había soñado con tener un hermano.
Encontrar gente así, es un ejemplo vivo de altruismo y, para quien tenga la fortuna de conocerlos, una suerte y una gran satisfacción.
Quizás debiera quejarme menos y hacer como hará hoy un chaval amigo, hijo de un camarada de esos cafés de madrugada de mis sueños, con uno de sus compañeros de facultad al que, hoy, recogerá del Hospital de Elche para llevárselo a su casa, seguramente para siempre, a vivir con su familia. El amigo sale de una enorme tragedia familiar que tras ella quedó huérfano y sin medio alguno de subsistencia a sus 19 años y, además, con grandes posibilidades de que nunca pueda usar su brazo izquierdo, al margen de algunas importantes secuelas de tipo facial.
Cuando me lo contaba, hoy, su Padre, y especialmente en la forma en la que su hijo se lo pidió, me ha conmovido. Luego me contó, con lágrimas en los ojos, que su hijo vive con una avanzada discapacidad, (Duchenne), y siempre había soñado con tener un hermano.
Encontrar gente así, es un ejemplo vivo de altruismo y, para quien tenga la fortuna de conocerlos, una suerte y una gran satisfacción.
Agnes y Antonio, esa pareja feliz, padres del bendito ser de la Duchenne, me han enviado este vídeo, que me ha resultado muy aleccionador, tanto como la actitud de su hijo al que adoran por este gesto que hoy he decidido publicar aquí:
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He vivido de cerca una historia parecida con un niño de 3 años, casi 4, que ha permanecido en el Hospital desde que nació. Creo que no hace mucho le escribí algo, pero su historia y sobre todo el ejemplo de la familia que lo ha adoptado sería digna de contar, claro que yo no lo sé hacer tan bien como tú, no me veo capaz. El mundo sigue teniendo resquicios de esperanza que animan a seguir creyendo en ella. Buen viernes.
ResponderEliminarSigamos, dices bien amiga Paz, sigamos dejándola crecer, la vida, nuestra vida.
EliminarUn abrazo de viernes ... casi la nuit.