Amor eterno, nada queda de mí después de este amor

04 junio 2019

– Dicen que el amor es un torrente de sensaciones, es pasión y una alocada manera de dejar fluir nuestras emociones en el otro ser al que amas hasta fundirte con él de una u otra manera.

– En uno de esos repetitivos intentos de dejar mensajes de amor perdurable a través de las redes sociales donde circulan miles de ellos con la noble intención de que nos los creamos o que los transmitamos aunque a veces retuiteamos o compartimos, sin que los hayamos leído, recibí uno de esos que decía algo así como: “Ama bien y serás bien amado” o, quizás, lo que decía era … “El amor es una comunión de sentimientos entrelazados” y … así mil o dos mil, más.

– Pero me di y me doy, cuenta que en ninguno de ellos habla del tiempo, de la eternidad ni de nada parecido que represente el amor para siempre porque, al parecer, eso no existe o eso me quieren hacer creer … que no existe.

– Tengo la impresión que cuando alguien me manda o publica en su página, alguno de estos emocionantes y emocionados, mensajes de amor, da la impresión de que lo que quieren darme y darnos a entender, es que ese amor es solo para ese momento, “que nada dura para siempre” y debe ser por eso que la palabra duradero, eterno, hogar o familia ya no son objetivo de futuro para nadie.

– Carpe Diem o el “no aguanto yo un hombre en mi cama para toda una vida y viceversa”, es el oculto mensaje más atractivo que hoy circula en el pensamiento del mundo de las parejas y por eso me dicen … “Enrique, no me critiques, ni te rasgues las vestiduras, no seas antiguo, el amor o lo que sea, dura lo que dura, lo demás, aguantarse toda una vida porque sí, es una solemne estupidez”.

– Y a mi se me parte el alma igual que le sucedería a Sabines cuando se vería obligado a escribir ese bello y hasta cruel, poema que empieza, más o menos, así:

Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza. Córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.

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