viernes, 23 de octubre de 2020

Papá cuéntame otra vez

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23 octubre 2020

-Creo que me gustaría saber la opinión de algunos chavales sobre su inquebrantable y hasta asesino, deseo de no cumplir norma alguna anticovid con el perjuicio, (que puede ser mortal), que ello presenta a los mayores que vivan cerca o con ellos.

-Leía algunas noticias de esas que ya son el pan nuestro de cada día que lamen las heridas que crean las lagunas de nuestra legislación, pues ellos, los políticos no tienen NPI de que es lo que hay que hacer, lo cual es comprensible pues casi ninguno de ellos ha trabajado en su PV y por tanto no saben lo que es organizar nada, ni a nadie:

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-Concluyo, para no aburriros, contando una historia que me ha contado un viejo amigo, esta mañana, que también es un amigo viejo cual es el caso actual de todos ellos, me refiero a mis amigos.

-La historia es la siguiente:

Mira, Enrique, me fui a vacunar al Centro de Salud, dan dos minutos por paciente, lo hacen fuera del centro y justo frente a una puerta de acceso lateral. En el tinglado montado pone “PCR aquí” y eso ya acojona. Una enfermera con cara de pocos amigos que está como el pan, y casi gritando, dice mi nombre. Digo “Presenteee” y la niña me dice, “déjese de coñas y vamos al asunto que hay prisa y ustedes son muchos”. Y yo, como viejo gracioso que soy, voy y le digo: “Podría usted ser algo más amable”. La niña se vuelve con el aguijón de la vacuna en la mano y me dice, “Podría ser amable, pero estoy y estamos desbordados, no nos pagan este esfuerzo y ustedes encima vienen con exigencias”. Vale, vale, le digo yo. ¿Y si me mareo?, le insisto. “Pues se tira usted ahí en el césped del parterre de ahí enfrente y grite para que yo pueda llamar a los de urgencias que están dentro, yo no le voy a poder atender”. “Siguienteeeeeeeeeeeeee”.

-En tiempos de pandemia he aprendido lo frágil que es vivir en esta sociedad de la falsedad y del consumo, donde hemos descubierto que todo el montaje social es pura fachada, donde un like es más importante que un abrazo, que confundimos el éxito con la fama, la felicidad con el dinero y el Carpe Diem con el yo primero. Lo importante es el ahora y el importante soy yo antes que el otro. Y como la canción: “¿Del futuro qué? pues del futuro, “ná” pues ni se sabe, ni se le espera, pues parece que a nadie le importe. Parece como si todo el mundo se hubiera vuelto loco o tan egoísta que solo piensan en ellos y en su cada momento, al grito de “¡¡¡Vive bien y no te fijes en a costa de quien!!!”

-Un buen día para cantarme y cantaros, esta vieja canción: ‘Papá, cuéntame otra vez’. ¿Qué pasó en la revolución de mayo de 1968?”

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2 comentarios:

  1. Querido Enrique es una historia triste y cotidiana la que nos traes. Así estamos, al sálvese quien pueda, y al "no me importa el otro". Creo en la gente, porque hay "otra gente", aunque últimamente es como buscar una aguja en un pajar. Te abrazo fuerte fuerte en la distancia.

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    1. Gracias, amiga Eli. Es cierto, es como buscar una ahuja en un pajar.
      Devuelvo ese distante pero cálido abrazo.

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