viernes, 6 de mayo de 2022

El tiempo que luchas entre ilusiones buscando un pacto con la vida y/o la muerte

Un carro por las calles, Toural, Santiago, Chile, ca. 1925 - por Ruth Matilda Anderson (1893 - 1983)
 

06 mayo 2022

- Cuatro días en trance, luchando contra el virus, pero finalmente caí. Dicen que es leve, pero, aunque en mi caso no ha sido mortal, al menos de momento, sí sucedió que fue como si la estrella de las letras me hiriera de muerte.

- Llevo dos días, aún y sin fiebre corporal, pero como si la tuviera, las noches se llenan de tormentas de barro oscuro en mis sueños, mientras un ángel negro quiere hablar conmigo de cuestiones que van más allá de la vida donde duermen hoy mis zapatos y parte de unas perdidas ganas de volver a vivir con la ilusión del ayer. 

 Vivimos un tiempo en que luchas con las ilusiones de un día a día, pero ves que no se producen y ya llevamos mucho tiempo, demasiado, esperando que la vida fluya y se vuelva a esa normalidad del 2019. 

- Vivir sin grandes ilusiones, tengas la edad que tengas, pero especialmente a la mía y con una FSHD encima, es lo peor que le puede pasar a quien todavía quiere vivir los años que le toquen, pero que ya no pueden ser muchos y por tanto cada minuto que ves pasar sin que puedas hacer nada de todo lo que quisieras hacer, a mí me parece suficiente motivo para una rebelión en toda regla y no hablo de salir a la calle a protestarle a no sé quién, no, se trata de que las escasas neuronas que me quedan se van acolchando a pesar de que hago grandes esfuerzos de salud mental para acomodarme a este encarcelamiento doble, el que me ofrece mi cuerpo serrano y el del encarcelamiento pandemario, escondido con una simulada libertad vigilada o condicional, sin abrazos, sin familia que estrechar lazos del sentimiento más profundo, ni amigos con los que darle la mano sin miedo a nada que suene a contagio.

- Un horror, por eso intento tomármelo con un falso humor, sí, hay veces, (especialmente en negros sueños como el de esta misma noche), en que eso de hacer un pacto con la muerte ya no es tan preocupante como sí lo era en el 2019. 

- Sorry, se me va a ratos la cabeza al país de los sueños imposibles, los hay mejores y peores, ahora estoy en los malos. Con todo, creo que debo aprender del Hala Madrid, nada está perdido mientras haya luz, vida y esperanza. 

- Debo aplicarme y hasta, incluso, debiera intentarlo.