sábado, 17 de enero de 2009

Quién dijo miedo?


17 enero 2009: 

Bostezaba esta mañana mientras tomaba el primer café y me acordaba de la macroidea que me expuso Ignacio anoche y de la voluntad de crear focos de solidaridad grupal que veo moverse a mi alrededor en las últimas semanas, pero de pronto, 
sacando fueras de flaqueza de mi ser, (recomponer la figura y el cuerpo que se te queda tras el dancing de anoche me resulta cada vez más difícil de llevar a feliz puerto), me encuentro con esto:
esta entrada bien pudiera haberse llamado: Dos hombres y el destino

La fuerza de Botín es inimaginable y la capacidad de sorprender ya no es una novedad en el grupo que lidera el Macrosanto Cántabro. Anteayer nos preguntábamos todos donde estaba el futuro, y con ello nos acordábamos de la MQP a los falsos e iluminados alquimistas inmobiliarios de nuestras vanidades que nos llevaron hasta aquí, pero no caímos en que la luz solo sale por donde hay “candela”, y el Cántabro tiene mucha y de calidad.

Miremos todos hacia la luz y esperemos a ver lo que pasa, no podemos hacer más, bueno, si…, podemos rezar como diría mi buen amigo Rafa.


“Según fuentes cercanas a la operación, Santander sacó pecho en la negociación con el resto de los bancos para ver quién iba a mandar a partir de ahora en la inmobiliaria y se llevó el gato al agua. El banco que preside Emilio Botín quiere controlar la gestión de Metrovacesa y según fuentes del mercado, pondría a su hombre de confianza, Eduardo Paraja, ex consejero de Prosegur, para ocupar el cargo de consejero delegado en la inmobiliaria en sustitución de Jesús García de Ponga, actual consejero delegado, que ha desarrollado su carrera en el BBVA durante 19 años.


El siguiente paso sería la fusión con la inmobiliaria francesa Gecina para crear un gigante europeo por valor de activos. La suma del valor de los activos de Metrovacesa (12.187 millones), Reyal Urbis (9.120 millones) y Gecina (13.200 millones) daría un valor de 34.507 millones y se pondría por delante de la compañía líder en el mercado europeo tras la fusión entre la francesa Unibail y la holandesa Rodamco con un valor de activos de 21.700 millones.
Con esta fusión Metrovacesa sería la primera inmobiliaria europea, como en su día buscaba Joaquín Rivero, entonces presidente de Metrovacesa, cuando compró Gecina. Pero su objetivo se truncó cuando Metrovacesa cambió de dueño y la familia Sanahuja tomó las riendas. Los principales accionistas se repartieron el negocio. La familia Sanahuja se quedó con Metrovacesa y Rivero y su socio, Juan Bautista Soler, con Gecina.
Sin embargo, la crisis ha llegado para todos y Rivero también tiene que torear su propia deuda (3.960 millones) y una acción de Gecina que se ha desplomado de 80 a 50 euros. “





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