viernes, 24 de abril de 2009

Nuevas casas sin ruidos, ¿están ustedes seguros? ¿Y la Formación?


24 abril 2009: 

Ruidos en las casas o Políticos, Empresarios, Profesionales y Sindicatos: ¿Qué hacen ustedes para evitarlos?.
Ese podría ser el título de este post, pero he preferido suavizarlo un poco, pues podría ser mal entendido por aquellos que solo ven los títulos de las noticias.

Yo ya no soy técnico, es decir, ya no ejerzo como tal, acabé la carrera de aparejadores en el 69 y los 40 años de profesión los he pasado, casi una primera mitad a pié de obra, (como constructor y dirección técnica), y la otra como empresario profesional de la promoción inmobiliaria.

Desde aquella primera obra que me dieron como jefe de obra, en la Calle Calderón, en el barrio del Carmelo de la Barcelona del 74, allí donde mi viejo hígado empezó a tomar cuerpo con las barretjas “seismañaneras” y las despedidas cerveceras vespertinas del bar de Manolo, frente a la obra, pues sí, desde entonces que me entró un no sé qué de amor por esta profesión de hacer casas que nunca he dejado de querer.
Entonces eran esas 55 horas semanales de convenio, mas las otras, las que nos ataban la sangre a ese mal, a ese vicio, que es la “obra”. A esos menos un gradito por las mañanitas, con su anticongelante cuando pides el hormigón, hasta las copas de la tarde con todo el equipo repasando lo “hecho” y lo “por hacer”, todo eso pasando por las comidas del mediodía con la Propiedad y la DF para discutir mucho mejor los problemas de la obra sobre el mantel, pues si, a todo eso, a todo eso le debemos lo que somos. Qué tiempos aquellos.

Pues mira, desde entonces que me entró esa cosa de hacer las cosas bien que me enseñaron en la ya vieja escuela de Pedralbes, y sobre todo en las que ya en Alicante, me tocó como jefe de Grupo en el Polígono San Blas, en la Calle ciudad Real. Allí yo pegaba patadas a los marcos para ver si estaban bien anclados, vigilaba que los azulejos de los baños no tuvieran mortero rebosante por encima de la hilada de apoyo del falso techo, pues luego viene el escayolista y al verlas le da un golpe, se cae el azulejo, que ahí se queda sin más preocupación por su parte, pero él coloca su placa. Me preocupaba de que los cajones de la cinta de persiana quedaran perfectamente embebidas en mortero, nunca en yeso, para que no entrara aire del exterior, perseguía que las paredes medianeras estuvieran perfectamente rematadas al techo, especialmente en los baños, pues con el techo de escayola puesto, luego no podría revisarlo. Recuerdo el día en que compré en la Proveedora Industrial, en la alicantina calle de Catedrático Soler, allá por el 79, un regle de 1,80 m de altura con un nivel de doble medida adaptado a él, para comprobar paramentos, marcos y pilares, que el propio rey de la Proveedora, muy amigo él, pensó que estaba loco, igual que la multitud de gentes que me veían con él por las obras. La verdad es que tenía mas de efecto que otra cosa, pero marcaba una intención inequívoca; las cosas hay que hacerlas bien porque en otro caso ..........., no se aceptarán.
Casi cuarenta años después, todavía voy por las obras y veo los mismos defectos que veía entonces. A veces lo he discutido con Rafa y Juan, mis arquitectos valencianos favoritos, o con Fernando mi aparejador vecino. “Es que si les dices que no pongan la cuña en el pilar cuando están hormigonando se cabrean y se van”. Pues claro, ¿y entonces que hacemos?, "pues llevarlo lo mejor posible".
Esa ha sido la tónica del seguimiento de la calidad y del control de ejecución de las obras en los últimos quince años.

Decía que tras casi 40 años de profesión, (octubre 69), veo lo mismo que veía entonces. El jefe de obra está en la, oficina de la obra, el encargado “ha muerto”, el capataz nadie sabe lo que es y del auxiliar técnico o del oficial de replanteo, por esos es que ni pregunto, me repreguntarán en que año nací.
En la obra nadie sabe lo que hacen los operarios subcontratados, ni el jefe de obra ni el responsable de la subida de materiales que es el que suple al antiguo encargado. Solo se mide y se hacen certificaciones para cobrar y para pagar, lo demás, casi, no importa a nadie para escándalo y vergüenza de todos los que nos dedicamos a esto.

Ley antiruidos, por favor, que tontería, cuanta falsedad, enseñemos primero el oficio, los oficios, al personal que pulula por las obras, busquemos una clase dirigente más profesional y pidamos técnicos más valientes a la hora de asumir sus responsabilidades en esto.
Los ruidos se producen porque las paredes de los baños no llegan hasta el techo, nadie lo vigiló antes de que pusieran el falso techo de escayola, el agua que derrama en el suelo del mismo baño se cuela al piso del vecino por los huecos que se han dejado sin tapar en la estructura y se han cubierto con el fino pavimento cerámico. Se oyen los ruidos del vecino porque hacemos regatas en las paredes medianeras y en los tabiques y es por ahí por donde se oye todo. En fin, hay ruidos por culpa del uso de materiales inadecuados que nadie controla y porque la mano de obra no tiene NPI de esto.

En Valencia hace ya varios años que se lo tomaron en serio y la norma antiruidos del Ayuntamiento de la capital es un modelo a seguir. Ah, por cierto, los técnicos municipales comprueban los decibelios al dar la licencia de “fin de obra”. Allí se aíslan hasta los muros de los ascensores y de ventanas correderas; nada de nada, ninguna cumple. La separación de viviendas se hace con paredes de mayor grosor, se hacen con tres paredes, las dos exteriores para destrozarlas con las instalaciones y la interior para aislar. Una norma que se cumple y funciona.

En fin, ley antiruidos, de acuerdo, bienvenida sea, pero por favor, que alguien organice esto y les explique a esa inútil masa ingente de políticos y dirigentes sociales que aquí lo que hace falta es formación profesional y, por supuesto, la profesionalización del sector directivo empresarial. Por favor, amigo profesional y compañero; Ponga un Máster en su vida. Ahora estamos en crisis, ¿podemos hacerlo ya?, ¿interesa a alguien esto? ¿seguiremos haciendo leyes que nadie cumple?

“Papa, ya has vuelto a las andadas, dijiste que de esto no hablabas nunca más”. Si, tienes razón cariño, pero hoy no he hablado, solo he soltado dos lágrimas por mi querida profesión y mis queridas casas.

 
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