jueves, 21 de enero de 2010

Tener fe y el milagro de la Fe, (de Valencia)



21 enero 2010: 

Ciertamente, tener fe es algo que los humanos olvidamos usar demasiadas veces. Pero, aunque es casi lo mismo, hoy hablo de la otra Fe, la de Valencia, ese Macro Hospital del que resulta muy difícil digerir su visión, pues el aspecto que ofrece es mas propio de otros lares y otros tiempos que la de la Valencia del Siglo XXI.

Pero aunque la sorpresa está dentro, fuera, miles de personas, (si, si, son miles), se abarrotan en las puertas de los edificios para entrar y salir y también en las calles interiores de circulación de vehículos, pues por las aceras es un peligro andar por miedo a romperte cualquier tendón de aquiles que se precie de serlo.

Es ese lugar donde las plazas de aparcamiento de minúsvalidos siguen ocupadas por gente que se le “ha olvidado” el distintivo y el “yo primero” impera por doquier. Si te paras, pueden arrasarte. Allí todo el mundo parece que sabe a donde va y empuja y grita al que no lo parece o no se mueve al ritmo del resto. Coches encima de las aceras y también en el centro de la calle, componen el paisaje rutinario de La Fe en la parte exterior de los edificios, es decir, en su urbanización interior.

Las puertas de los edificios abarrotados de gente con bata blanca fumando como posesos. Los Guardas Jurados que por allí pululan parecen mas bien formar parte del mobiliario, da la impresión que pasan de todo pues no creo que puedan controlar ese tan bien organizado desorden que compone la estampa de ese Macro Hospital, orgullo y bandera de la medicina Nacional y Valenciana.

Pero repito, el milagro se produce dentro. La actitud del personal sanitario, pues resulta que es ejemplar y para uno que, como yo, he despotricado de la SS hasta secárseme la baba, pues es ahora hasta extraño reconocer todo lo contrario. Hace poco le decía a mi querido Enric: “En la Seguridad Social solo te tratan si creen que estás enfermo y para cosas pequeñas es como si no fueras”. Y por ello, a lo mejor, a mi me tratan como si del mismo Camps se tratara. Eso me preocupa, por una parte, y por otra me da una cierta alegría. Cierto es que la Clase Médica de nuevo cuño parece que lleva la “voluntad de servicio” en un lugar preferente de su actitud ante el enfermo, pero los enfermeros y los mas “cutres” de los viejos galenos parece que ya no están, yo, al menos, ya no los veo y si están, pues no los noto.

Bien está que hable de las maravillas del personal Sanitario que se muestra con esa nueva actitud, o que a mi me lo parece, pero el verdadero milagro se produce dentro, una vez te sientas en la Sala de Espera de Neurología, (que es a lo que voy), y miras a tu alrededor. No estaría, ni está, bien que me queje de nada, esa es la conclusión, para ello solo basta estar un rato en esa querida Sala de Espera. A cualquiera que tenga tiempo, que lo haga, es la mejor terapia del mundo para echarse de encima los mil complejos de infelicidad que puedas llevar en tu alma.

Claro, el milagro, me dirán otros, está en que a pesar de los horrorosos medios y peor edificio y servicios que ofrece la Fe de Valencia a sus médicos y residentes, la medicina que allí se practica siga siendo una de las punteras de la que en este país se practica y que ello, por tanto, es exclusivo mérito de alguien a los que no se me ocurre nombrar, pero que se quién son: Son mis ángeles de la vida, al menos lo son de la mía.

PD: Para los que les duela el alma, diré que en este mes de Enero debía haberse inaugurado la NUEVA FE de VALENCIA, pero a esta fecha, se desconoce cuando se podrá inaugurar pero quizás se consiga en este mismo año 2010. Veremos.


 


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