Yo no se que haría si no pudiera estar, siempre, pensando en las mil cosas que siempre se me quedan sin hacer cada día. Enrique, el pequeñajo, ha dicho que esta tarde se quiere ir a Alicante o a Las Bolas que está algo mas cerca, pero me ha enseñado algo que hacía tiempo no era capaz de experimentar, el pequeñajo me ha dicho que aunque sea domingo y haya mucho relax por encima de los sofás, que todo el mundo tiene que ponerse en pie de guerra y comenzar a andar en cualquier dirección. ¿Como puede saber un ser tan enano, lo que es bueno o malo para erizar las sensibles emociones del alma? – No, seguramente no lo sabe, lo que pasa es que su inocencia le hace decir la verdad, pues aún no conoce otra cosa.
Mi hijo, con muy pocos años, me decía lo mismo y ya no me suena a nuevo, lo que me sucede es que ahora me emociona y antes me parecía normal. No os lo perdáis, ni lo de los hijos, ni lo de los nietos, no hay mayor éxtasis humano que el neurofamiliar aunque no esté escrito, pero existe, no os dejéis engañar por vanidades sensoriales equivocadas y espontáneas, son efímeras, como la manzana de Eva, no es verdad, no hay nada mejor que lo que siempre se ha querido.
PD: Entre la WebCam y el iPhone, como en Túnez, en medio de La Huerta, respirando vida y …
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CIERTO! Cada vez más!!
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