**: Título “robado” de un artículo de http://www.diarioinformacion.com
12 noviembre 2011
Encontrarte a alguien que te diga que el asunto de los hijos, los propios, es algo difícil, pues no es tan corriente, es decir, nadie te cuenta que sus hijos son unos terroristas en potencia, unos maleducados o que no saben que hacer cuando les mandan a ellos a la esencia “heciana”. Todas esas cosas, normalmente, solo le pasan a los hijos de los demás o eso es lo que contamos y creemos.
Un cargo difícil lo de ser padres de adolescente. Emocionante, arduo, difícil y por encima de todo, puede ser muy incomprendido. Educar y llevarse bien con ellos, con esos difíciles jóvenes, ahora y toda la vida, es extrañamente posible aunque no imposible. Los hay que se mantienen en el viejo criterio de imponer las normas de conducta a toda costa y con rigor, pues “ahora no lo pueden entender” y otros utilizan el “coleguismo facilón” para arrastrarlos a su nido y en esa experiencia, la del simple coleguismo, nos contó su terrible y frustrante experiencia una de las preocupadas madres que acudió ayer tarde a nuestra tertulia de cuyo contenido extenso no viene al caso exponerlo aquí, pues cualquiera lo podría imaginar y, también, cualquiera podría contarnos mil y una de lo mismo, con miles de variantes sobre el mismo problema. La exposición estuvo bien, para resolver un problema lo primero que conviene hacer es reconocer su existencia y eso, si eso, reconocerlo, ese es un gran paso, después hay mil soluciones y tratamientos para ello, sobre lo que no diré ni una palabra pues yo no soy un experto, precisamente, pero lo que mas me maravilló es la gran cantidad de padres que no lo hacen, que no lo reconocen, se instalan en su ceguera y nada hacen por ellos, por los chavales. Decenas de preguntas sobre lo que ven en la conducta de hijos de vecinos y/o de amigos, les delataban. Una pena y una verdadera lástima. Pero …….. ¿Quien ha dicho que educar a un hijo fuera fácil y/o “incruento”?
Hace unos días, me llamó la atención un titular:´Mi hija me dijo: mamá me quiero morir, y yo sin libro de instrucciones´. Quizás convenga elevar, exageradamente y a toda velocidad, la tirada de ese imprescindible manual.
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Algo se debe haber hecho mal. Porque se ha pasado de que los padres y profesores pegaban a los jóvenes a que los jóvenes peguen a los profesores y a los padres.
ResponderEliminarBueno, a los profesores a veces les pegan los jóvenes ayudados por sus padres.
Creo que se pasó del autoritarismo al desprestigio de la autoridad.
Todo empieza , creo , en la infancia.
ResponderEliminarUna torta a tiempo evita muchas cosas.Cualqiuiera que se ponga en una terraza de verano , lo puede comprobar.Cualquier chiquillo se pone a llorar si los padres no le compran lo que quiere.Y los padres , por hacer que el chiquillo se calle , se lo compran.
Parece una tonteria , pero es hay donde empiezan los males mayores.
A mi de pequeño , me "cascaba" el profe y al llegar a casa , mis padres.
Y no me he vuelto un delincuente ni un vago.
Si, Bucan, ese debiera ser la primera reflexión de un debate que, al parecer, nadie quiere acometer
ResponderEliminarEsa, Suso, es otra buena reflexión basada en la experiencia positiva nmde un forma de educar. Me encantaría que se iniciase por algún lugar, político o social, un debate sobre el asunto, pero no parece que nadie esté dispuesto a ello.
ResponderEliminarAplastante frase.
ResponderEliminarDespreocupadas mentes cómodas.
Sorprendentes "¿Y tú qué...?"
Irrisorios medios de ayuda.
Patética educación egoísta.
Un abrazo, Enrique.
Me quedo con eso de "Patética educación egoísta", Antonio C. Una gran aportación.
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