jueves, 1 de diciembre de 2011

“Se me saltaban las lágrimas”: Crónica de un mal que ya amaina




01 diciembre 2011   -     24 agosto 2016


Un día glorioso, parece que ya puedo sentarme sin flotador y que la cosa mingitoria, no me provoca gritos que asustan a mi vecina, pues los confunde con los de otro signo, erótico-sarcástico, aunque sean parecidos. Lo primero era pactar con el Médico de cabecera algunas cuestiones miopáticas vigentes que pueden cruzarse en el camino del nuevo mal que no siendo ni putativo, ni extremadamente vegetativo, tiene un nombre que lo hace  asquerosamente rahez, al menos para mi. Por el camino, notando que el culo en el asiento del X1 se amolda a la perfección, decido pararme a saludar a los amigos, otra vez, pero veo en el espejo retrovisor que cuando baje debo cambiar de cara si no quiero que me echen algo en el plato o en el vaso. Y aunque solo de pasada, pues a nadie le puede interesar cosa mas absurda que un comentario sobre la política social sanitaria de la Gente de la Socialdemocracia Catalana y que ya anuncia el Rajoyismo “patoquisqui”, pero si contaré tan solo que cuando me han preguntado, desde las mesas jóvenes, las de los cuarentones: “¿Tío, pero que es lo que tienes, con tanto rollo que te traes?”, he tenido que reaccionar:
Empiezo con un tímido, no lo saben, me harán una exploración a final de mes, con la laparoscopia, quizás solo sean piedras en la uretra, en la próstata o a lo peor……, ya no me ha dado tiempo a más, además, ya sabéis, cuando alguien te pregunta algo sobre la salud no deberíamos ni contestar, no da tiempo, apenas inicias la descripción la respuesta es inmediata, sueltan un “Ah, pues yo tengo más …. “ y te lo cuentan, pero con detalle, vamos que puedes pegar un par de cabezaditas y ni se enteran. Siempre me quedo con las ganas de hacerles lo que le hacía a un querido abuelo de un querido amigo, que cuando me preguntaba eso, ¿Como estás?, yo le decía que tenía un cáncer terminal y no creían que pasase de tres meses y al instante el hombre comenzaba a hablarme con fluidez de sus cosas. Un hombre entrañable. …….
Como dice Ella: “Mira que te enrollas, Enrique, no se como te aguantan”, lo siento, pero lo que yo os quería contar es que he visto a mi querido Médico Familiar para que ponga orden a todos mis tratamientos, ya sabéis, si con pan o con leche, si son interactivas entre si algunas de esas pastas con receta que me han dado y todo eso que ya sabéis. Pero mi querido Don Salvador, el Pertusa, es el batablanquero mas guapo y simpático de todos cuantos conozco, el cual tras poner orden a mi atropellado relato inicial, se ha puesto a pedirme que me pusiera recto en la silla pues parecía que iba de paquete en un sidecar haciendo contrapeso en una curva, pero al explicarle el asunto ya se ha puesto mas dulce, tanto que cuando le he dicho que con tanta pasta o pastilla, añoraba el café y alguna cosa más, entonces, si entonces, ha sucedido lo mas emocionante del día, quizás de la semana, aunque aún estemos a jueves. Con su habitual voz de locutor a la antigua, es decir, angelical, firme, sonoramente perfecto, me dice: “Enrique, puedes tomar café, mejor descafeinado, pero sin problema, no a litros como haces siempre, pero sí, y vino, pues también, yo soy médico, que quieres que te diga, pero si ya no rasca el úrico al pasar por el desagüe interno, adelante con él, procura que sea bueno, eso si, y un par de copas o más, según te sienten, el vino es buenísimo para la actividad cardiovascular” – Ha tenido que darme un pañuelo, se me saltaban las lágrimas, me he quedado con las ganas de pedirle un certificado, pero así, entre babas y risas, le he dado, primero, la mano y luego un gran abrazo, aprovechando que ya me despedía de él hasta el año que viene SDQ.

Terminando, diré que no hay nada como tener amigos en todas partes y si tenéis algún médico de familia cerca, pues darle un abrazo, a veces, se lo merecen todo. Feliz día a todos, yo, de momento, llevo media hora sentado sin flotador y ya sabéis, a veces conviene pasar hambre para que aprendas a comer de todo, ahora mismo estoy en la gloria.





enriquetarragófreixes