¿Caraduras?

Las confesiones de Antoine

15 febrero 2012

1. Me decía esta mañana Pepe: “No lo entiendo, Enrique,  UPyD no logra que PP y PSOE apoyen límites a los sueldos de Aznar y González, y a mi se me queda una cara de tonto que ni el Antoine”. Mientras tanto, Doña Leonor, que se sabe de memoria los impulsos reaccionarios de Pepe, como si de una visionaria se tratara, le dice al chico azafrán: “Vaya con cuidado, Pepe, que ahora Hacienda sigue la pista a los billetes de 500 euros” – Pepe, que como dice Antoine, será muy rojo, pero de tonto no tiene un pelo, se ha visto venir la daga que le ha lanzado la Leo, y le contesta, mirando al tendido, es decir, como si nos lo quisiera anunciar a todos: “Ojo amigos, Investigan delitos fiscales por fraudes que suman 45 millones, y la prescripción la quieren llevar a los 10 años y con carácter retroactivo, es decir, van, entre otros,  a por todos los que hicieron la venta de vivienda sin haberla estrenado en el Boom del 95/05”.
2. La Matilde, que llevaba hoy un pantalón negro que, por lo apretado,  mas bien parecía un traje de submarinista, pero que mostraba, claramente, que la “niña” a pesar de sus sesenta, está para echarle pan aparte o lo que sea. Ella estaba dale que dale a la maquinita de la manivela del súper casino, echando moneda tras moneda, arruinando su seso y su bolsillo, pero entonces vendría lo mejor de la mañana.  La Matilde, de golpe, lanza un grito al estilo de los que suelta mi apasionada vecina en sus noches de larga y ruidosa pasión, se baja del taburete y se lanza en los brazos de Matador-Antoine que acababa de entrar por la puerta sur del Bar de La Loli. Iba  con un traje de franela gris y corbata azul, del tipo PPero, y ahí, delante de todos y tras contarnos que venía de confesarse,  le ha dado un morrazo a la Mati que nos ha dejado a todos como se quedó la Sonia  el día que le dijeron que al Ripoll, como castigo a sus pendonerías en el Brugal,  lo metían de Jefe en El Puerto de Alicante. Nuestra mirada, dada la situación, se ha clavado en el quehacer de la Loli, –¿Qué hará?, decían todos, pero ella, La Loli,  que ya parece curada de espantos con el pendón de Antoine, se descuelga con que está esperando a Arturo para que la lleve a comer marisco al Pachell de Villajoyosa, a la vez que nos comenta lo del asunto de los Enfermos de dolor, “donde cerca de 3.000 pacientes de toda la provincia acuden cada año al Hospital General de Alicante para ser tratados de dolor severo, una patología que ha dejado de ser considerada secundaria para ser abordada como una enfermedad crónica altamente discapacitante”.

Dos tipos de caraduras, si, pero yo, digan lo que digan prefiero al Antoine.

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