Leyes para no cumplirlas: ¿Para qué?

19 junio 2012

Me levantaba al son de las noticias del “que no nos pase nada” o “agárrense que vienen curvas” y me resulta curioso que quien hace todas esas manifestaciones en las tertulias y monólogos radiofónicos, (la tele ni la veo, ni la espero), lo hacen como si ellos vivieran aislados, como si estuvieran en un bunker flotante y fuera de toda contaminación, incluso, a veces, parece que disfrutan con esas alarmas de una magnificada realidad. Dirijo la vista en otra dirección y me pongo en la ventana digital y veo mas de lo mismo aunque mas concreto y con menos endiosamiento o búsqueda de notoriedad por quien lanza las proclamas de la apocalipsis que ya llega. Intentando encontrar alguna que no tenga sentido alguno, ni parentesco con la Prima de Riesgo encuentro una que me hace sentir mejor, si, es toda una premonición, por fin algo de sensatez y de luz a la hora de imponer recortes donde se debe. Ya está bien de que se maten por ahí sin que nadie haga nada: El Gobierno reducirá de 100 a 90 Km/h la velocidad en carreteras nacionales. ¿¿??

Este país, de legisladores de irrefrenable conducta maniquea,  sigue lleno de leyes, normas y reglamentos, que no hay quien las haga cumplir y ese es una de los principales motivos por las que nos pasamos todas esos poemas legislativos por el forro. A mi no hay nada que me ponga mas cachondo que tener que ir a 50 por todas esas grandes avenidas de mi ciudad mientras todos los de mi entorno me pitan, me adelantan con malas formas y hasta me chulean, pero hay algo aún peor, si, resulta que el día que me pongo a 70, que parece lo razonable, ese día me multan. Ayer mismo y sin que sirva de precedente, aparqué mi coche en una preciosa plaza reservada a minusválidos frente a la Iglesia de la Montanyeta, en Alicante Center, sin que nadie la hubiera ocupado sin tener autorización que es lo normal, pero cuando quise bajarme, (yo me tomo mi tiempo), no puede porque un coche de la Policía Municipal aparcó pegado al mío, en doble fila, de donde salieron dos hermosos cosas azules para multar a todos los que estaban delante de ellos.

Yo, para cuidar mi lastimada HTA, y para no verme envuelto en la lectura de mas noticias de las que se leen a diario, al menos por hoy, me voy a ir a comer con mis amigos de siempre a Mutxamel, un raconet que nos ha ofrecido Rafa, el Cañizares, y donde dicen que se come de coÑa. Cuidaros y no se os ocurra leer noticias hasta después de un buen almuerzo no sea que se os quiete el hambre o enturbie la vista.

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enriquetarragófreixes