19 septiembre 2012
Yo la miraba por encima de las gafas mientras me tomaba mi café 80/20, mas calentito que otros días. Parecía salida de una película coloreada de esas antiguas de B/N. Tendría mas de 80, seguro, pero ella iba con su iPhone en mano y sus auriculares conectados en cada oreja. Parecía tomarse un licor con un vaso de agua de botella azul que junto a una pose muy femenina, la hacía, todas ella, muy interesante a la vez que muy singular y especial. Al rato he visto que hablaba con la Loli y, casi al instante, se ha levantado de su silla y, Dios, se ha venido a mi lado, a mi mesa, y me ha dicho: “Oiga joven, tengo un problema del que creo usted, según me han dicho, puede solucionármelo …”
Y allí hemos comenzado una larga conversación sobre como adherirse a determinado programa de descargas musicales sin que yo me diera cuenta que ella no tenía intención alguna de aprender nada. Cuando ya llevábamos unos minutos con el asunto, la singular señora me dice que si le puedo poner una canción de Milanés que le pirra pues no consigue que ninguno de sus nietos se la instale en el iPhone y sabe que yo soy un adicto a ésa música. Sin esperar a entender como podría saber esa información sobre mí, dicho y hecho, además, quizás eso haya sido lo mas sensual del día, sí, la hemos oído juntos, cada uno con un auricular. Inexplicablemente sutil.
Cosas que, inesperadamente, hacen que te emociones, aunque solo se aun poquito. Feliz día amigos.
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¿Cómo las encuentras? :D :D
ResponderEliminarA veces pienso que me lo imagino, Candela. La realidad es tan aburrida que .....
Eliminarjajaja..........si duda de ser asi, tienes una imaginación genial!
ResponderEliminarClaro, amigo Antonio, a veces dudo sobre si lo que vivo es real o no. Pongo la radio para darme cuenta de ello.
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