jueves, 18 de octubre de 2012

Alternando en la barra




18 octubre 2012    -       17 agosto 2016


Le vi esta mañana, sentado en la barra, estaba hablando con la Loli. Isidoro, que así se llama ese inexplicable fruto de una noche de amor, que a sus 53, tiene casi todos los males dialécticos que se les puede conocer a los humanos, quiero decir, esos males que mucha gente tiene, pero que siempre perduran y nunca acaban rematando al enfermo, como pregona y anuncia el portador de turno del repetido discurso de la farándula cafetuliana y carajillera de las madrugadas de mi vida. No hay tío con un carajillo en mano, a eso de las siete y cuarto de la mañana, que no te cuente “lo suyo” con saña y con una insufrible halitosis bien dirigida a tu faz, dejando ese conocido y refrescante, olorcito a Anís del Mono. 

En mi tierra natal, en mis antesalas diarias al inicio de la jornada en las obras, en la Barcelona de los 70, siempre flotaba en la sala de recreo, previo al duro ejercicio de “hacer obra”, ese olorcillo que hoy me ha traído Isidoro a la cara y a la memoria. Pues, bien, decía que Isidoro, hoy, nos ha contado que lleva 25 con su novia, si, que la quiere, como no, pero que no piensa casarse nunca. “El día que me case me moriré”, le decía el halitósico a la Loli. Isidoro ha sobrevivido a tres cánceres, si, uno de garganta, uno de piel, detrás de la oreja, y otro en el colon. La Loli se lo mira, siempre, con cara de que alguien le llamemos al móvil, es decir, que va loca por que le pregunte por Antoine o por alguno de sus descendientes, pero hoy yo no tenía el día loco y arrebatadoramente embaucador, precisamente, como me empeño en hacer ver, no, a mi hoy se me ha metido una china en el zapato y, como me da vergüenza pedirle a alguien que me quite el zapato y luego me lo ponga, pues así he andado de jo-robado toda la mañana hasta que me he encontrado a ese pedazo de político, cuyo nombre no puedo pintar aquí, que me ha contado una de cosas del PP que uno, por muy buen alternista de barra que sea, no se puede ni imaginar. “Enrique, no se te ocurra contar nada de esto a nadie, ¿Vale? – Y es que mi amigo, que eso si lo puedo decir, es del PP, si, como Isidoro, si, y como la china de mi zapato. Difama que algo queda y como en mi pueblo, ahora todo el mundo quiere ser Alcalde por si a mi querida Sonia le da algún achuchón judicial, pues ahí están todos, si, están en pie de guerra y cepillando culos.

Y ahí me he quedado yo, pensando por qué coño, siempre, el tal Isidoro me cuenta lo mismo, lo cual, sin molestarme, me resulta curioso y sorprendente, el que el tal Isidoro pueda pensar, que a alguien le interese que cada día le cuente lo mismo y, además, a los mismos. Como mi amigo el del PP, me voy a ver si me busco la vida que hoy, con tanto viaje, tanta visitita a los galenos y tanta mala uva pepera en el oído, no se si me va a quedar espacio para un par más de cafés. La dura vida del alterne de barra, así de dura y así de cruda.

Nota: Esta historia es inventada, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia o no.





enriquetarragófreixes




4 comentarios:

  1. Hay que ver que achuchá está la cosa......Lo de los Peperos ya es demasiaó! Las alimañas están al acecho!!

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    1. Alimañas or todas partes, amigo Antonio, harán buena a Sonia

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  2. Eres un ángel, Enrique. Lo aguantas todo. El carajillero con su retahíla de asuntos viejos y, si, cepillar culos, para tu amigo pepero no debe ser muy pesado: la posible recompensa está a la vuelta de la esquina.

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    1. Hay de todo, amigo Campillo, cepillos, cepilladores y cepillados.
      Un abrazo.

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