30 octubre 2012
Pero, Enrique, es que no vas a escribir más. ¿Qué te pasa? Eso me decía esta mañana la Loli, al mediodía, después de un largo fin de semana marcopoliano. Le contaba a mi amiga, la Loli, que había muerto un amigo del Facebook y que todos estábamos muy tristes. Rápidamente el resto se apuntan al entierro y empiezan a inmolarse cual el mismo personaje como si ellos presidieran el duelo. Al rato les hago ver que esto no es un Sálvame de Luxe, ni nada parecido y que uno está triste, coño, porque es lo que toca, joder, se muere un amigo y eso es lo que se representa, si, duelo, emoción por la pérdida de un amigo y cara cariacontecida, como toca en situación como la que es. Pero claro, en situaciones como esta, en la que uno está tan a gusto con su dolor, con su luto, llega el Pepe, tan práctico él y me dice: “Pero, Enrique, conyo, si llevas todo el fin de semana escribiendo como si fueras la viuda de España, joé, no nos critiques, leche, hazle u hueco al futuro y piensa que hay que seguir” – Yo no he querido polemizar, pues en las cosas de los sentimientos, cada uno es como es, y hay quien hasta me ha dicho que unos buenos amigos, anoche, se pasaron de copas de tanta amargura por la muerte del amigo perdido. Un buen amigo, intentando polemizar sobre la cosa del luto, los sentimientos y las heridas del alma, me recordaba, también, anoche que uno de sus mejores orgasmos lo tuvo la misma noche en que enterró a su Padre y no tuvo que explicarme por qué, a mi me pasó lo mismo.
Pero yo, que no he querido aferrarme a la conquista de la razón, me he ido a lo mío, que hoy no era otra cosa que, después del aterrador viaje de retorno a los lares habituales, ir a comer con esos amigos de mi lejana, y aún cercana, etapa profesional valenciana. Ellos han venido a verme y nos hemos emborrachado de charla, de copas, de un besugo a la espalda que paqué y de vida, de mucha vida. Gracias amigos, gracias vida, si, saberte apreciar, pasa por escuchar leer y recordar lo que ya está escrito:
“Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando, cuán presto se va el placer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor.”
Y para inmortalizar la fecha y el acto, ahí queda la constancia gráfica de tan ilustre encuentro:
Foto: Cañizares, el Ulaya
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Pues lo siento, Enrique. Ya lo decían Los Chichos "algo se muere en el alma, cuando un amigo se va".
ResponderEliminarEn fin, disfrutemos cada día, porque algún día también nos tocará.
Totalmente de acuerdo, Pepe Deapié, un buen consejo que tomaré al pie de la letra. Gracias.
EliminarLa vida tiene que seguir y lo tenemos que pasar lo mejor posible.
ResponderEliminarSi, amigo EKK, en eso estamos. Mil gracias.
EliminarComparto lo dicho por EKK.....no queda otra que tirar(o recoger) para adelante. Lamento la pérdida de tu amigo,el cual ahora que lo recuerdo creo que participo en alguno de los hilos abiertos por tí o por mí. No dejes de disfrutar y sobre todo de contarlo. Un e-abrazo. Y otro para vos EKK.
ResponderEliminarGracias, amigo Antonio, así lo haré, ya sabes que tu eres parte importante de mi alimento virtual.
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