miércoles, 24 de octubre de 2012

No te aburras, ni te destruyas, con un trabajo que no te gusta




24 octubre 2012  -  08 julio 2011


Iba a escribir, hoy, un artículo pero he descubierto que ya lo había redactado hace algún tiempo:
Es cierto, pasas por allí y sin querer es como si pasaras por la casa de algún familiar al que hace ya mucho tiempo que no ves. Echar la vista atrás no es malo, ni siquiera es bueno, ni, tampoco, es inútil, pero si lo que ves te gusta es algo mucho más que eso, es algo que no sabes expresar. Volver a la calle donde nací, a la de la primera casa que viví cuando me casé o a cualquier otro de esos lugares en los que has dejado una parte de tu vida, aunque solo haya un trocito, a veces, me resulta tremendamente agradable.

Ayer pasé por la Gran Vía, Parque Avenidas, y una especie de agradable escalofrío recorrió mi espalda. Tuve la suerte de que un semáforo amigo se puso rojo y pude mirar sin riesgo, luego aparqué, sin apearme, en la misma Rotonda, frente al Asiático. Una rápida y feliz película de esos 2001/2006 pasó por mi imaginaria pantalla. Los pude ver a todos, a casi todos, me sentó bien, yo fui muy feliz en esos años con ellos y con esa dedicación.

Siempre que paso por alguna Casa en la que yo haya estado entre sus bastidores, bien de  Constructor o bien de Promotor, me paro siempre que puedo, es como si estuviera viendo a un hijo o a un amigo querido, al que has abandonado a su suerte al llegar a su mayoría de edad. Es lo que tiene encariñarse con tu trabajo pues éste, el trabajo, es siempre muy agradecido, cuanto mas le das, mas te devuelve y no hablo de dinero, qué tampoco se desprecia, hablo de la felicidad que da haberlo disfrutado. Por eso, a veces, no puedo entender que la gente se aburra tanto, mirando el reloj, remoloneando para volver a empezar tras el bocadillo o haciendo cara de conmigo no va, como si de un maduro cajero de banca o de un antiguo portero de ambulatorio de la SS se tratara. Quizás una de las mayores desdichas de la gente es tener un empleo, algunos toda la vida, y no haber trabajado nunca, qué pena, ¿verdad? Mi Padre me decía: “Si has de ir a trabajar y no tienes mas remedio que hacerlo, pues procura disfrutarlo, si no te gusta el que te dan, búscate otro, pero no te aburras, ni te destruyas con él”, y yo nunca he entendido otra cosa.

.
 .


2 comentarios:

  1. Cuanto te envido amigo.......ya lo sabes! Lástima que en esto tiempos la cosa no esté para aventuras, pero es cierto, cuanto desdichado andamos por el mundo haciendo todo lo contrario a lo que nos dicta nuestro corazón, sin ser valientes para dar el paso, lo reconozco. Tu padre erá un sabio, no me extraña que el hijo le haya igualado, cuando no superado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, amigo, solo soy un viejo gallo sin plumas y mucho biceps profesional. Eran otros tiempos, amigo Antonio, nada que ver con los tiempos de ahora. No obstante hay quien siguiendo esa vieja teoría que aquí predico, se va a Alemania, a Arabia y/o al Brasil. De todo hay, amigo.

      Eliminar

Este blog comparte contenidos con otro de mis blogs a modo de copia de seguridad, el uno del otro, hasta el 24 de febrero de 2023

https://enriquetarragofreixes.wordpress.com/