Pizza, ya mordida, de Ginos
Te vas de comida con esos compañeros de tu última etapa profesional, que ya se han convertido en “de toda la vida”, y lo pasas pipa, si, sueltas alguna oculta lágrima de plomo, como diría mi amigo Campillo, y cuando mas ganas tienes de que aquello nunca se acabe, ves aparecer las olvidadas prisas de aquellos que tienen que ir a completar su jornada laboral, gesto que, irremediablemente, acompañan con lo de andar mirando el reloj con cara de estrés, a la vez que empiezan a levantarse de la silla, primero, y a despedirse después. Rápido, muy rápido ha sido, pero esas tres horas han sido las mas cortas de la semana. De los nueve, solo uno sigue en la Empresa que nos unió en ese feliz período 2001/2006, pero ves que los demás, aún y no estando juntos desde hace ya algún tiempo, con sus muy distintas edades, (el mas joven 35 y el mayor 73), todos tienen algo que decirse. Maravilla verlos. Son un grupo, lo fueron entonces y lo siguen siendo ahora. Todos dicen como les va y cuales son sus pretensiones a corto, cuentan sus problemas y alguno, incluso, aporta soluciones. Bromas o no, hablan sobre la posibilidad de volver a trabajar juntos en algún proyecto empresarial común. Un menú con Pizza y un café de rechupete hacen el resto. Ellos dan fe de que ser de un grupo es ser mas fuerte. El Grupo no solo une, el grupo los hace menos vulnerables a todos y eso es lo que hoy me ha impresionado. Si supiera como hacerlo les daría las gracias.
Pero para demostrar mi afición por la mal interpretada bondad metafísica de mis pensamientos y por las cosas que no atino a concretar, ni a a saber el porqué de su existencia, ni de donde vienen, hoy ha sucedido otra vez. Mientras iba meditando sobre lo hablado en la comida con mis excompañeros, en el mismo Parking de casa, mi vecino favorito me cuenta un cuento que me ha devuelto a la vida rutinaria: Imagina un país en el que el yate del Rey se llama, Bribón, el mayor banquero, Botín, la ministra de sanidad, Mato y la que autoriza las macrofiestas, Botella. ¿A que es increíble? – Hay quien sabe ver las cosas de otra manera y con ello hacen que los problemas sean mas llevaderos a la vez que consiguen que mis lágrimas de plomo se alejen de mis deseos o, al menos, eso es lo que quiero, pero lo mas increíble, en su versión mas íntima y esotérica, es la bondad de la relación entre si de mis ahora excompañeros.
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