20 diciembre 2012
Navegando por las páginas digitales que suelo devorar a diario me he tropezado con dos mensajes que me han hecho recapacitar sobre mi condición de humano y sobre la estupidez que, demasiadas veces, nos rodea. Estos mensajes, sin duda, debieran desterrar mi tremendismo y el de todos, sobre las desgracias propias, debiendo evitar que se nos olviden, cosa frecuente, las de los demás.
Son dos mensajes que no puedo dejar de reproducir aquí:
Hoy precisamente me he enterado de que un conocido ha sido intervenido de uno, y con éxito. Me uno al sentimiento. Más que pedir o desear, sin duda no debemos dejar de AGRADECER.
ResponderEliminarCierto, amigo Antonio. Aterrizar en el mundo real es siempre un impulso necesario para alcanzar una vida mejor. Un abrazo.
EliminarQUIEN SUSCRIBE, EX FUNCIONARIO DE LA POLICIA FEDERAL ARGENTINA, ES MI OBLIGACION EL DE COMUNICAR, PARA TODO AQUEL QUE LO REQUIERE, LA FUERZA DE VOLUNTAD EN UNA PERSONA, ES TODO, MAS AUN SI EL O LOS DAMNIFICADOS, TIENEN A SUS LADOS PERSONAS CAPACITADAS EN AFRONTAR TALES CAUSAS, SABIENDO ASUMIR LA CAUSA QUE FUERE NECESARIO, ANIMO PARA TODOS LO QUE LO NECESITEN, ADJUNTO EL HABER PASADO ESE MOMENTO, DONDO SOLO YO, ACOMPAÑANDO A MI MUJER, SACANDOLA DE MOMENTOS QUE SON DESESPERADOS, JAMAS DEJARE DE AGRADECER, MI FUERZA DE VOLUNTAD ANTE TODO LO QUE SE ME INTERPONE, CONSTE, ALBERTO.-
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