«¡Jamás en la vida he ido en chándal y con tacones!»
19 enero 2013 19 enero 2010
Se descolgó con toda su ordinariez en la ventana de la enfermera y a voces pidió lo que quería, que no era otra cosa que la de que vieran a su niño “poloiban a operá” no se qué día cercano. No tenía mal aspecto pero le perdían las formas. “De buen colegio pero maleducá”, apuntó una señora a mi lado, con voz muy baja y que es una de esas que siempre se sienta al lado en cualquier sala de espera de donde vayas a posar el culo. Para que nadie se enfade mas de lo debido diré, por si acaso, que la fonética del idioma es algo que, siempre, me ha gustado resaltar, analizar y estudiar.
El “Silencio” que se apuntaba en un enorme cartel en la pared de la Sala de Espera del hospital, era, tan solo, un mensaje inútil. La madre, bien vestida pero informal, con su chándal y sus tacones, manejaba a voces a todos los elementos de su ruidosa familia, marido, (o parecido), incluido. Teléfono en mano arregló lo de la comida del día con su Mamá y todos rehicimos nuestro menú con ello, mandó a la niña al aseo de señoras con su padre y al niño le dijo que dejara de jugar encima de las sillas pues se podría caer.
No se podía oír la voz que tímidamente salía por un pequeño altavoz con el nombre de los citados, nadie oía nada, pero tampoco nadie se quejó. Llegar hasta aquí en los asuntos de reestructurar el cultivo cultural de las gentes, ha costado el sudor y lágrimas de muchas generaciones, deshacerla, por lo que veo, ha bastado solo una y ……….. media. Mientras apoyaba mi cabeza sobre la pared que había tras mi silla, vi como un hombre se levantaba y le decía a la de los tacones y su chándal, que eso era un hospital y que además de ella, en el mundo, había muchas otras personas en esa misma condición y … al rato desperté y me di cuenta que eso último había sido un sueño.
A mi me pareció, también, que intentarlo, (quejarse o dar una clase magistral de como no herir la sensibilidad de los pacientes pasivos), sería una cruzada inútil e infantil, aunque luego pensé que, quizás, convenga ya empezar a hacerlo. En eso y al igual que sucede con la actuación de la Casta, quizás debiéramos empezar a decir algo, ya, en voz alta, muy alta.
Creo amigo, que debemos pasar de lo abstracto a lo concreto, per YA!
ResponderEliminarMe temo, Antonio, que como la fruta madura, eso, caerse del árbol, puede pasar en cualquier momento
EliminarEn expresión murciana: hay que drle un meneo al peretero.
ResponderEliminarBesos.
Si, María Luisa. A mi me sobran ganas y años, en otro caso ...............
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