27 enero 2013
No debiera olvidársenos que hoy es domingo, si, ese día en el que los más jóvenes han aprendido a olvidar lo que significa y es así, seguramente, porque se nos ha olvidado enseñárselo. Antes, en mi otra vida, en mi infancia, el domingo era el día de ir al cine matinal, al Zoo, al Tibidabo o a dar un largo paseo por mi querida Playa de la Barceloneta, para acabar dándonos un vermú de mejillones en el faro del puerto Barcelonés tras un corto viaje en una de esas preciosas Golondrinas que allí nos llevaban desde Colón. Hoy dejaré de lado mi vida virtual, si, la dejaremos descansar un poco y nos dedicaremos a intentar explicarle a mis enanos donde tienen su Colón, sus Golondrinas, las bellas casas antiguas de su barrio y donde venden el pan bueno de La Alberca de mis amores.
Me voy que se escapa el tren de la vida dominical, ya sabéis, un domingo que veas pasar, domingo que te pierdes.
Feliz día.
¡Ahhh, los domingos van cambiando como nosotros! y cuando he leído tu entrada no he pensado en los bonitos, sino en los resacosos, jajajaa y no hay que confundirse, porque nunca he bebido mucho, pero por lo que sea (bueno, debe ser por mi capacidad bilial) el alcohol me ha sentado mal y con un par de gin-tonics al día siguiente no podía con el dolor de cabeza. Ya lo decía mi amigo Manolo de Castelló: "a tu la bufa te ix barateta, en un parell de cerveses ya estàs" Nunca supe si eso me pasaba porque no me gustaba beber o al contrario, igual era la falta de costumbre, ahora ni lo pruebo.
ResponderEliminarSi, yo tambien me acuerdo, amigo EKK, pero ahora que nadie nos oye, que +++++ lo pasábamos y, ademas, sin un duro. La verdad es que la cosa liberal nos pillò, ya, muy mayores. No obstante, hoy, hacemos lo que podemos, aún.
EliminarUn abrazo amigo y, ah, feliz dia.