jueves, 3 de enero de 2013

La Soledad, otra vez


Imagen de mi amigo Campillo

03 enero 2013


No hay nada que pague un instante de paz. Mira, Enrique, lee”:
Es el Lancelot de Steimber quien declara: «No hay nada que pa­gue un instante de paz». Sin paz interior, ni siquiera el disfrute es disfrute. Sin paz interior, aun teniéndolo todo, ¿qué tenemos? Nuestra mente, como decía Muktananda, ha estado practicando el «yoga del dolor».”
Hoy la Loli estaba caprichosa, ociosa y, hasta, hermosa. Mantenía una postura de chica de película antigua. Codo en la barra y la cabeza, por la barbilla,  apoyada en su mano. Cuerpo echado hacia adelante y una mirada de “Hoy tengo el día tonto” que no se la quitaba ni las soserías telefónicas de su amado y triste Antoine al que mandamos muchos “des embrassades et des baisers” como a él le gusta decir. - “Estoy entusiasmada con las lecturas de la cosa espiritual, Enrique” – Y yo, que cada vez mas, me siento poseer un sexto sentido a la hora de adivinar los males de otros, voy y le digo: “¿Pasaste la Nochevieja sola, Loli?” – No ha hecho falta que me contestara, solo me ha mirado con cara de decirme muchas cosas y con solo un, eso sí,  “todas las Fiestas, Enrique”, he comprendido su mal, su dolor y sus ganas de espiritualizarse o algo más. Ni amigos, ni sobrinos, ni siquiera su hijo, todos se olvidaron de ella.

La Soledad no es un mal linfático, ni venéreo y ni siquiera hay vacuna terapéutica alguna que la pueda curar en el momento en que se produce, pero notarla en los demás es algo que produce un fuerte vértigo ¿Verdad? Lo peor será, sin duda, que notándola en otros y pudiéndolo evitar, haya quien no haga nada por ello. 






4 comentarios:

  1. Pienso (en ocasiones) si la vida no es un tránsito hacia eso,la soledad, aderezado de engaños que nos hacen creer que estamos acompañados....no se, serán las lentejas que me han hecho ponerme tierno.

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    1. Animo Antonio. Nuestro mundo debe estar en otra parte. Seguiremos buscando, pero mientras, veamos lo que se puede aprovechar de éste.

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  2. En ocasiones nos sentimos solos incluso estando acompañados, por que en realidad lo dificil o facil(segun se mire) es hacer sentir a alguien que no esta solo.Lo dificil a la vez es que el vertigo del precipicio de la soledad no nos arrastre haciendo imposible el retorno.

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    1. Cuidado con eso, es cierto, david, ojo con el retorno. Cada vez noto mas lo soledad de muchos aunque los vea muy juntos.

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