Un maestro de la informática, quiero decir de los que da clases en la Universidad, me ha parado justo al entrar a mi segundo ataque al café diario y, mostrándose como lo que es, es decir, como un maestro de lo que él se cree serlo, me dice:
“Enrique, has de cambiar el contenido de esos coñazos que escribes en tu Blog. Te pasas, deberías saber que todo contenido que se publica en internet y que pasa de doce líneas, no lo lee nadie. Además, debes ser más concreto. Casi nunca cuentas nada que se parezca a algo tangible, coño. Juegas a ser escritor y tú de lo que sabes es de ladrillos o eso creo. Cuenta cosas de tus juergas inmobiliarias y deja tranquila el alma y el sentido de tus lectores que, aunque veo que no tienes malas cifras de audiencia, seguro que la misma corresponde mas a amigos que quieren saber de ti que al propio interés que puedan mostrar tus escritos. Enrique, no seas terco, acepta la crítica y hazme caso, dale un giro a tus contenidos virtuales”
Antes de ponerme a llorar, aclararé que la opinión de mi amigo el Profe de la UA, la ha dado porque, casi sin querer, yo se la he pedido. No obstante, y a continuación de toda esa conferencia gratuita que me ha dado sobre mis bloguerías, se ha puesto, con dos de Carlos III y un café a mi costa, a contarme sus problemas emocionales, familiares y ha concluido con los laborales/profesionales. Cuarenta y cinco minutos en los que yo he estado escuchando sin poder meter baza alguna, pero al final de su charla y cuando ya él creía que se iba a marchar de rositas, me despide con un: “Bueno, yo te veo muy bien y ¿tú como me ves a mí?”
– He hecho una pausa, como tomando carrerilla, y le he dicho: “Querido XXX, me encanta que me hagas esa pregunta, claro, pero si pudiera darte algún consejo te diría que dejes las clases de informática y te pongas a escribir novelas” – Se ha callado y en un seco y ágil trago, ha culminado su mañana cafetera/copera conmigo y con cara algo sombría se ha despedido con un áspero ... “Enrique, cuando tengas ganas de marcha, avísame, pero para esto no. No me gusta que me llamen rollero” – La Loli, que está en todo, me ha dicho: “Enrique ¿se ha enfadado tu amigo?” – Y yo, cual un Rajoy cualquiera, le he dicho … “No sé, Loli, a la gente, en general, nos gusta hablar. Escuchar es otra cosa ¿verdad?”
– He hecho una pausa, como tomando carrerilla, y le he dicho: “Querido XXX, me encanta que me hagas esa pregunta, claro, pero si pudiera darte algún consejo te diría que dejes las clases de informática y te pongas a escribir novelas” – Se ha callado y en un seco y ágil trago, ha culminado su mañana cafetera/copera conmigo y con cara algo sombría se ha despedido con un áspero ... “Enrique, cuando tengas ganas de marcha, avísame, pero para esto no. No me gusta que me llamen rollero” – La Loli, que está en todo, me ha dicho: “Enrique ¿se ha enfadado tu amigo?” – Y yo, cual un Rajoy cualquiera, le he dicho … “No sé, Loli, a la gente, en general, nos gusta hablar. Escuchar es otra cosa ¿verdad?”
Hola Enrique; ¡Ni puto Caso! por lo que dices no tiene ni idea de los motivos que tienes para escribir. Un escrito de los tuyos no lo puedes reducir a meras estadísticas. Lo que si veo que él te tiene envidia jajajaja. Seguro que tiene un blog y no lo lee nadie.
ResponderEliminarA mi particularmente me gusta leerte, trasmites muy bien la cotidianidad y los sentimientos del común de los mortales con los que me identifico.
Una abrazo amigo.
Gracias amigo Teo. Fue un desahogo y tu nota una botella de oxígeno. Mil gracias.
EliminarA mi me gusta tu blog, es todo un Diario de la A a la Z, y mucho de los textos me hacen sonreír.
ResponderEliminarBuenas noches querido amigo.
Gracias, Eva. Me alegra y anima, saber tu opinión.
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