Ausencia de proyecto Vital y la güisquería de la Rambla

09 marzo 2013

Discutía anoche, a la hora de las apologías tormentosas sobre los actos y gestos de aquellos  en los que no creemos y que el Bacardi-Cola, pone en boca de cualquiera sin que nadie se de cuenta, muchas veces, de lo que ha dicho o ha querido decir, un minuto antes. 

- “No mi hijo no es de esos, está separado, si, pero está muy enamorado de sus dos hijos y todos los domingos va a por ellos y los lleva al Parque a jugar” 

– “Ah, no, a mi mi marido nunca me deja sola” 

Volvíamos a empezar con lo de siempre, el mundo es malo, pero el nuestro es virginal, negaremos que nuestro hijo es un asesino, si fuera el caso, y nuestros nietos son los mejor educados del mundo a la vez que se reconoce que esta generación actual le falta de todo. Quise decir algo, pero es difícil que alguien se tome en serio una conversación sobre la educación, la moral, la fidelidad y hasta en aquello tan íntimo como puede ser lo de las relaciones de pareja, cuando se trata de limitarlo a nuestro entorno. Nos encanta hablar de los demás y de nuestras familias perfectas, como debe ser ¿Verdad?  

Finalmente acabé en los lavabos con un chaval de unos veinticinco, hijo de XXXX, y tras una corta pero intensa charla mientras asqueábamos sobre el hedor y todo tipo de suciedades que ofrecen todos los aseos de los lugares públicos y el muchacho mirándose al espejo, mientras se removía y adecuaba, su indeterminado peinado, me dijo que no entendía la pregunta que le hice pero que viniendo de mi sería algo importante y se fue a seguir tomando copas en la güisquería de la Rambla “que allí si te ponen cachondo y algo colocón, Enrique” 

– Ah, le pregunté algo así como si podía vivir sin tener un Proyecto Vital y/o un Proyecto Personal y ahí, si, justo ahí, fue cuando se fue.

No sé, a veces creo que debería salir menos de noche y ver más películas de la MGM.

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