Miedo
19 abril 2013
Cogí su mano y me sumergí en el inalcanzable placer de los tiempos. Ese sentimiento se ha hecho mayor, notable y, ciertamente, abstracto. Nada como el inesperado valor del tiempo para saber donde acaban las esperanzas de un sentimiento primario. Gracias amor, gracias vida por haberme hecho capaz de sentir ese sabor a satisfacción serena e ,inconteniblemente, hermosa que endulza mi final.
Feliz día y, ah, que no se os olvide rezar algún padrenuestro ... siempre va bien, por si sí.
Si no tuvierá padre y padrino, te diria que me apadrinaras....
ResponderEliminarHecho, Antonio y viceversa, claro
Eliminar