22 mayo 2013 2016
Debiera haber antepuesto, al título de esta bloguería, el calificativo de admirables para no confundir el sentido de este cuento ya que, es cierto, admiro a esas señoras que cuidan su aspecto externo, sin botux u otros burdos sistemas anti edad, y que lo hacen, tan solo, por la pura y digna, intención de resultar agradables a la vista del mundo cercano y no tanto, si se presta a ello. Si, además, la belleza va por dentro, punto y final.
Mi preocupación, no obstante, es que en el caso de los hombres, con honrosas excepciones, esta actitud abunda menos ¿Verdad? Pero claro, ya se sabe, a nosotros nos crían, aún hoy, en ese clásico precepto poco feminista de que el hombre, como el oso, cuanto mas feo … más machista
Enviado de Samsung Note II
enriquetarragófreixes
En mi opinión ,una se cuída para si misma,así es ,en primera persona del singular de todos los tiempos verbales.
ResponderEliminarMe quiero ver bien frente al espejo,pero sólo se consigue en parte si no te sientes "bella" y feliz por dentro.Eso salta a la vista enseguida,Enrique Tarragó.
Si, eso he querido expresar, Marga, en cualquier caso, pssssss, es una provocación.
EliminarTemplar 1 hour ago
ResponderEliminarLos demás tienen una imagen de nosotros que viene educada por la sociedad en la que se han inmiscuido desde hace años. Somos nosotros, nuestros padres más bien, quienes les han hecho así. Si has visto alguna vez "Perdidos en la tribu" verás que en las sociedades tribales que abundan por el mundo solo están preocupados por la subsistencia y no por los adornos. Aún así es verdad que se visten, se adornan, pero prácticamente nada. Nosotros, en cambio, le damos tanta importancia a esto que, en el menor de los casos, invertimos un tiempo al día en una línea en el pelo, un corte, un color... Y en el peor de los casos acudimos a un cirujano para que nos recomponga. Vamos, lo que se dice castizamente por pasar por "chapa y pintura".
Seguro será así, Templar pero lo interesante de algunas actitudes como las que describo arriba es la evolución interna, el espíritu, si, siempre con ganas de estar bien y de mostrase así. Mi reconocimiento a ese tipo de personas que, día a día, luchan por no dejarse vencer por los caprichos del placer equivocado, por algunos pequeños vicios y por una vida poco sana, ese era mi mensaje.
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