24 octubre 2013
Siempre, como no, unos días
más que otros, pero en todos ellos, desde hace ya mucho tiempo, quizás
demasiado, siempre oigo esta canción, si, en mi caso es la que
tengo reservada para el día de las apologías, las que se lancen contra mí. Pero
es cierto que cada uno de nosotros tenemos en la memoria esos olores que nos
traslada a una infancia que colocamos en el archivo de las felices cosas
vividas, y, especialmente, en aquellos días que no son iguales a los otros, por
eso nuestra música es como nuestra bandera y somos sensibles a ella, a sus
manifestaciones, a sus notas y a sus letras. Resulta que, cuando menos te los
esperas, el destino virtual hace que llegue esa canción a nuestro escenario en
ese día en que piensas que nunca nada fue mejor, aún y no siendo del todo
cierto, pero te encanta creerlo.
Os dejo con esos dulces
lamentos de “Todavía yo no sé si volverá, nadie sabe, al día siguiente,
lo que hará. Rompe todos mis esquemas, no confiesa ni una pena, no me pide nada
a cambio de lo que da. …” Esta es mi canción:
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