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Casi siempre que algún amigo se va empujado, especialmente, por el mal de males y ayudado por ese incesable bombardeo que notas a tu alrededor entre compañeros y amigos cercanos y que notas más y más a medida que vas teniendo cierta edad, entras en esa depresión de los motivos y las razones que no acabas nunca de entender la necesidad de que ello se produzca, por mucho que te hayan preparado para ese momento. La primera vez que lo experimenté de modo cruel y trascendente fue a la muerte de mis Padres. Siempre me pregunté si lo que sentía era dolor, miedo o ambas cosas a la vez. Recuerdo que dije a mis hermanos en el funeral de mi Madre, cuando me preguntaron que por qué lloraba tanto, que ya no tenía edad para eso y que, más o menos, me rogaban que me comportara. Les dije … “Creo que el dolor me obliga pero pensad que ahora los siguientes de esa fila condenatoria somos nosotros” – ¿Por eso lloras? – Y mi respuesta fue … “No lo sé, quiero creer que no” – Ahora, mas de veinte años después, ya estoy seguro, era dolor.
Nota: En memoria de nuestra buena amiga Paqui, que nos dejó el 24 nov 2013. Una gran mujer y una persona admirable.
enriquetarragófreixes
Lo lamento amigo mio..........D.E.P.. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Antonio. Paqui era una gran mujer y una persona extraordinaria.
EliminarLas sensaciones nunca son puras, sino una combinación de varios factores...
ResponderEliminarAsí es, Paco Paco. Esta chica era una persona excepcional. Seguramente la conoceríais. Estaba de Conserje en la entrada del Ayuntamiento por la puerta del edificio rehabilitado. Pasando el arco de seguridad inmediatamente a la izquierda, allí estaba ella.
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