20 febrero 2014
Contaba, esta madrugada, mi admirado Antoine, que su Matilde, su último y venerado, amor se ha quitado la peluca y que pronto, muy pronto, volverá a las cafetulias. Luego, con otras palabras más intensas y emocionadas, nos ha hecho llorar al contarnos parte de la lucha que ella, Matilde, libra contra el mal de males. Pero pasados esos segundos de emoción, Antoine ha vuelto a su estado natural y nos ha hablado del amor, de la fidelidad y de alguna otra cosa de esas que él nunca habla. Nos ha llevado, en su historia de hoy, a la Misa del domingo en la Iglesia de la Playa, donde la hija de Lorena llevaba una minifalda-cinturón de foto obligada, de las carreras con el marido de Fransuá, la chica de Lyon que vive en Muchavista y, especialmente, con gran pasión, del último "polvo" que le echó a la Matilde. La novedad es que ha hablado de amor y ... eso, curiosamente, nos ha emocionado a todos. Yo mismo, para contarlo aquí, he tenido que tragar saliva.
Amigos los que son, sí, esos son mis amigos, ya sabéis, como decía Serrat en su homenaje al ilustre, los tengo muy escogidos, son lo mejor de cada casa.
Enviado de Samsung Mobile Note III
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Alegrémonos de que los chiquillos estos lo pasen bien. Es sano para el colesterol y la circulación... y, además, proporciona placer, ¿qué más podemos pedir?
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Enrique.i
Nada, solo que nos dejen dormir, amigo Campillo. Un abrazo.
EliminarAhi Enric! que amigos más interesantes tienes...............
ResponderEliminarDI, AMIGO ARGY, CUESTA MUCHO HACERLOS Y MUY POCO PERDERLOS. HAY QUE IR CON CUIDADO, COMO EL FUEGO ESE QUE HACÍAMOS PARA EL ARROZ, ANTES, EN LOS MONTES, CUANDO NO SE QUEMABAN COMO AHORA, CLARO.
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