11 febrero 2014
María se levanta a las seis de la mañana y tras dormir a su niña, vaciar la lavadora y llenar el lavavajillas, se acuesta al filo de la una, pensando que alguna vez su vida fue otra. A sus 34 vive sola, desde que su marido la dejó en el 2003 tras un año de turbulento matrimonio, lleno de infidelidades e incomprensión. Trabaja como auxiliar en una Clínica Dental del "siti-center" del Alicante bonito y puede mantenerse libre como el viento. Tuvo una hija, Lucía, su único y gran amor. María dejó sus estudios de enfermería al casarse con Guillermo, un, hoy, apoltronado cirujano que ejerce en la Pública con esmero y divertimento sexual pues vive un sueño de vida al borde del éxtasis, tras intentar y, muchas veces, conseguir, quilarse humano con faldas, cualquiera, que se mueva a su alrededor. Todo un "ejemplo" de hombre, persona y pareja ideal. María, aún, lo recuerda con horror.
María sale ahora con Manuel, un adorable cantante de ópera fracasado que vende su voz en las viejotecas y que durante la semana hace chapuzas de fontanería, albañilería y electricidad. Pero María conoció al diablo del falso amor y no lo olvida: "Enrique, yo nunca más volveré a confiar en el amor sincero de un hombre. Puedo echarle un polvo a cualquiera en un efímero momento de amor, pero compartir techo, pues NO, eso ya nunca más. Estoy así mejor, sola, soltera y dedicando mi vida a mi niña, a mi trabajo y a mis amigos. No soporto las infidelidad y el falso amor. Así soy feliz y, de momento, ni quiero, ni necesito más".
Enviado de Samsung Mobile Note II
Pues igual la mujer sigue pensando lo mismo, o al final se convence que su cantante es muy buena persona y que no le va a defraudar y confía en él y son felices (es una de las opciones, hay otras, claro).
ResponderEliminarQuizás, Paco Paco, sería lo deseable. Rezaremos para que sea feliz.
EliminarY las otras pueden ser buenas o no...
ResponderEliminarSe suele tender a pensar que lo que nos ocurre es la única posibilidad de concretarse la realidad. No es cierto, existen otros mundos y están en este, "la danza de la realidad" adopta múltiples formas y colores . La clave es llegar a convencerse de ello,,,,,,,Un saludo
ResponderEliminarPosiblemente sea así, amigo argy. En cualquier caso hay y noto, una realidad en esa forma de actuar de María. Conozco, desgraciadamente, a mi edad, a muchas Marías.
Eliminar