27 febrero 2014
El esfuerzo por la conservación y culto, al cuerpo es algo que en las mises venezolanas, por ejemplo, no prescribe jamás. También sucede lo mismo con algunos actores y actrices a las que lo de envejecer dignamente lo llevan fatal, al igual que algunos de mis queridos y admirados, amigos y amigas. Por eso, lo de Venezuela, que por mucho que uno se sienta amante de ese País y su belleza natural, no evita el sarcasmo practicado, siempre, sobre lo que es evidente: Todo lo que sube, baja.
La inviolabilidad del recuerdo de "lo que se fue" es solo una utopía. Mantenerlo es, claramente, un estúpido acto de vanidad, pero enmendarlo es otra profunda y solemne, ceremonia de la estupidez humana, que nada tiene que ver con la sana intención de mantenerse, dignamente, conservado, perfumado y hasta agradablemente deseable para el mundo que te rodea.
Permitirme un reclamo universal aunque suene a lo de la zorra y las uvas: Amo el tiempo que vivo y en el cuerpo que me permite ser lo que soy.
N: Desenredando un sueño en el que pensé que moría y lo único que hice para salvarme fue cogerle la mano y salió bien.
+N: La imagen solo intenta quitar hierro a la verdad.
Enviado de Samsung Mobile Note III
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Hombre, estar obsesionado por ser perfecto y no envejecer no es sano para la mente porue no se puede conseguir jamás, pero una ayudita, si uno tiene ganas de quirófano y dinero para pagarlo, (que eso es otra cosa) no está mal.
ResponderEliminarSi señor, esa es la actitud, amigo Paco Paco.
EliminarAceptarse es lo recomendable, no se si tanto el inconformismo tan humano el, en todo caso, els diners y els collons son per les ocasions no?. Como dice Paco, si quieren y pueden,......
ResponderEliminarEn el fondo lo que quiero decir es que no me gusta la gente que no sabe envejecer aunque muchos y muchas de esas gentes sean entrañables amigos. Feliz tarde, amigo argy.
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