01 abril 2014
Un buen amigo tabernario me ha leído un poema de siempre que hacía mil años que no oía. Me hizo prometer que lo publicaría aquí.
“¿Qué les queda a los jóvenes?”
¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿Sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
También les queda no decir amén,
no dejar que les maten el amor,
recuperar el habla y la utopía,
ser jóvenes sin prisa y con memoria,
situarse en una historia que es la suya,
no convertirse en viejos prematuros.¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿Cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
Les queda respirar, abrir los ojos,
descubrir las raíces del horror,
inventar paz, así sea a ponchazos,
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos,
y con el sentimiento y con la muerte,
esa loca de atar y desatar.¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿Vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
También les queda discutir con Dios,
tanto si existe como si no existe,
tender manos que ayudan, abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno.Sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines del pasado
y los sabios granujas del presente.
Mario Benedetti
..
Hace tiempo que no leía a Benedetti. Un gran poema y muy de actualidad. Creo que esta odiosa crisis tiene como una de sus más tristes consecuencias la de estar amargando a una generación de jóvenes españoles la mejor etapa de la vida. Un abrazo,
ResponderEliminarEso creo yo también, mimarzgz. Creeré, al principio del final de mi vida, que los espartanos, quizás no iban tan desencaminados.
EliminarGrande Mario Benedetti..............creo que ya te dije que venia mucho por la UA!! Un saludo
ResponderEliminarNo tengo palabras, me emociona, siempre o casi siempre, leerlo, amigo argy. Yo, como ya te he dicho alguna vez, lo conocí cuando yo ya no era un niño. Estoy como tú, grande MB, muy grande.
EliminarAparte de su repaso a un dislate tras otro, Enrique, los tres últimos versos son demoledores por cuanto su realidad es tan inmediata, tan imperdonable, tan nefasta, que los jóvenes deben acogerse a ella y crear un futuro tan cierto como lo serán sus vidas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una magnífica y certera conclusión, amigo Campillo. Yo lo mando al colegio, pero no, pasan de la primera línea.
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